Todo parece indicar que Lionel Messi dejará atrás su historia en el Barcelona y se convertirá en nuevo futbolista del Paris Saint Germain (PSG). Con figuras como Neymar, Sergio Ramos, Mbappé (si no emigra al Real Madrid), Di María, Paredes y Verratti, buscarán conquistar la tan esquiva UEFA Champions League. Ahora bien, ¿qué panorama tendrá en la no atractiva Ligue 1?

El campeonato francés nunca vislumbró por su jerarquía y competitividad. Es una liga no tan ojeada por el mundo como las otras Big 5 y en la que, en la mayoría de los casos, termina hegemonizando el club del cual formaría parte la Pulga para esta nueva temporada. Con una salvedad: el año pasado, sorpresivamente, se la terminó quedando el  Lille.

Sin embargo, ni siquiera el “histórico” triunfo del Lille logró ser portal de todos los canales de noticias del mundo, como sí paso, por ejemplo, con el Leicester cuando conquistó la Premier League contra las potencias de Manchester United, Chelsea, Manchester City y Liverpool, entre otros.

Desde la temporada 2012-2013 en adelante, salvo en 2016-2017 (campeón Mónaco) y la última edición, PSG siempre fue el campeón y con muchas fechas de antelación. La salvedad de esta temporada fue que los parisinos apostaron de lleno a la Champions League, el objeto preciado que aún no puede tener en sus vitrinas.

No obstante, yendo a la estructura de la Ligue 1, la máxima división francesa atraviesa momentos de incertidumbre y crisis por los efectos económicos de la pandemia del coronavirus. Según Jean-Marc Mickeler, presidente de la Dirección Nacional de Control de la Gestión, la deuda acumulada de los clubes supera los €1.000 millones. De paso, asegura que “lo peor está por venir”.

Las pérdidas son generadas, principalmente, por los derechos de televisión (€400 millones) y los traspasos (€300 millones), sumado a las caídas en los abonos, entradas y patrocinios. "Hay accionistas que han llegado al final de su capacidad de tapar los agujeros económicos de los clubes", agregó Mickeler.

Además de este contexto, aparece la intensa puja por la TV. ¿Qué sucede? El histórico tenedor, Mediapro, que se había adjudicado el 80% de los derechos de televisión del fútbol francés para las temporadas 2020-2021, 2022-2023 y 2023-2024 por €814 millones anuales, no pudo hacer frente al pago de los plazos pactados, solicitando una rebaja del 25% del valor del contrato.

El proceso acabó en los tribunales y finalizó con la rescisión del acuerdo el pasado diciembre, con un pago por parte de Mediapro de €100 millones. La productora debía afrontar la deuda en varios plazos, el último de los cuales hizo efectivo en junio pasado.

La Liga de Fútbol Profesional de Francia (LFP) convocó una nueva subasta por los derechos audiovisuales que van desde la temporada 2021-2022 a la 2023-2024. Eligió las ofertas de Amazon, que retransmitirá ocho partidos de la Ligue 1 por jornada a cambio de €250 millones por temporada, así como ocho partidos de la Ligue2 por jornada por €9 millones anuales, y de Canal+, que emitirá 2 partidos por jornada de la Ligue 1 por €332 millones anuales.

¿Qué ocurrió después? Canal +, enterado de que la LFP iba a ceder la mayoría de los derechos a Amazon, emitió un comunicado para anunciar que se retiraba de las retransmisiones del campeonato francés. También se sumó en rebeldía el canal BeIn Sports, que no abonó la primera cuota. Sin embargo, la Justicia francesa obligó al canal a garantizar la producción y difusión de dos partidos que adquirió en 2018 y que un año más tarde subcontrató a Canal+. En resumidas cuentas, ningún tenedor de derechos se entusiasmaba por transmitir los partidos. Es más, en algún momento, la cúpula directiva fantaseó con la idea de crear un canal propio para retransmitir los partidos.

Con este panorama de pocos ingresos para los clubes por la intensa puja por los derechos, y sumado a los agujeros económicos que tienen las instituciones (Burdeos y Angers casi pierden la categoría), desde la Ligue 1 analizan una reestructuración reduciendo los equipos a 18 para incentivar la competencia y generar un producto más “atractivo”.

Lionel Messi, acorralado por las “marañas” de LaLiga y su reglamentación del Fair Play financiero, optaría por Francia debido a las similitudes de París con Barcelona y por el rodearse de personas cercanas, como Neymar y los argentinos Paredes y Di María. Y si bien tiene la Champions League como objetivo máximo en el horizonte, deberá transitar el año en una liga con pocas ambiciones y muchos problemas de futuro.