(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Cuando Chuck Blazer, ex Secretario General de la CONCACAF y ex funcionario FIFA, decidió colaborar con el FBI para destapar la trama de corrupción más grande en la historia del fútbol mundial, la pelota se manchó. Blazer falleció de cáncer en julio de 2017, antes, había sido el eslabón clave para terminar con la presidencia de Joseph Blatter al frente del organismo con sede en Zurich.

Blazer había sido acusado en noviembre de 2013 de aceptar u$s 20 millones de dólares de la Concacaf para un centro de desarrollo que pertenecía a miembros de su familia. Accedió a colaborar con el Departamento de Justicia de Estados Unidos tras declararse culpable de 10 cargos y el El FBI lo convirtió en su informante durante la investigación contra los más altos ejecutivos de la FIFA. Esa fue la piedra basal para el FIFA-Gate, el escándalo por el cayeron directivos de todas las confederaciones y poderosos empresarios televisivos, como por ejemplo el ex CEO de Torneos y Competencias, Alejandro Burzaco.

El 27 de mayo de 2015 en Zúrich, ciudad sede de la FIFA, con la detención de catorce personas, siete dirigentes de la organización que celebraba entonces su Congreso anual con elecciones a presidente. Ese día, el día que el fútbol cambió para siempre, fueron detenidos Jeffrey Webb (Islas Caymán), el presidente de la Confederación Sudamericana (Conmebol), el uruguayo Eugenio Figueredo, los presidentes de las federaciones de Venezuela, Costa Rica, Nicaragua y Brasil, Rafael Esquivel, Eduardo Li, Julio Rocha y José María Marín, junto al británico Costas Takkas, colaborador del presidente de la Concacaf.

Apenas días después, el escándalo amplió sus tentáculos y salieron órdenes de detención para el trinitense Jack Warner, vicepresidente de FIFA y presidente de la Concacaf, y el paraguayo Nicolás Leoz, presidente de la Conmebol durante 26 años (hasta 2013). Dentro del fútbol sudamericano, también fueron involucrados el ex presidente de la FIFA, Joao Havelange y su yerno, Ricardo Teixeira, ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Por Argentina, fueron involucrados, Julio Humberto Grondona, ex presidente de AFA por 35 años, vicepresidente de la FIFA, fallecido en 2014 y José Luis Meiszner, ex presidente de Quilmes y hombre clave de Grondona en AFA. 

Además de escándalos con coimas cobradas por Grondona, Leoz, Teixeira, Figueredo para adjudicar la televisación de los torneos continentales de clubes y selecciones a las cadenas Fox, Torneos y Competencias y Full Play (propiedad de los hermanos Jinkins), entre otras, el FIFA-Gate desnudó la trama de corrupción que existió para adjudicar los Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022. Algo que quedó en evidencia en el día de ayer, cuando se acusó a Werner, Rafael Salguero (ex Presidente de la Asociación de Guatemala y ex miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA), Ricardo Teixeira, Nicolás Leoz y un "Co-Conspirador N°1", que sería Grondona, de cobrar millones para favorecer con su voto a la nación qatarí. 

En la actualidad, la situación de los argentinos involucrados es la la de esperar sentencia en la mayoría de los casos. Alejandro Burzaco, ex CEO de Torneos, quién declaró ante la Corte de Brooklyn e involucró a funcionarios del Gobierno de Cristina Fernández y varios empresarios del mundo de la televisión, sigue esperando su sentencia. El 2 de febrero de este año, la Corte de Brooklyn concedió una ampliación de 6 meses en la sentencia. En principio, Burzaco debía ser condenado el pasado 20 de febrero, pero el plazo se extendió. ¿El motivo? Aún hay apelaciones en curso que podrían modificar la situación de él. Las de Juan Ángel Napout y José María Marin. 

Los padre e hijo Hugo y Mariano Jinkins volvieron a ser noticia en las últimas horas, cuando trascendió una acusación para Full Play y otras empresas (Fox, Imagina) de haber pagado sobornos para quedarse con los derechos otorgados por al CONMEBOL para la Copa Libertadores. Por esa acusación también quedaron en el ojo del huracán Héctor López (argentino) y Carlos Martínez (mexicanos), ex altos ejecutivos de Fox Sports. Según revela el documento dado a conocer ayer, el co-conspirador 1, les había facilitado información para quedarse con los derechos.

Los Jinkins están en prisión domiciliaria desde junio de 2015. El 'beneficio' fue otorgado por el fallecido ex Juez Federal, Claudio Bonadío, a cambio de un pago de $12 millones de pesos. Estados Unidos sigue reclamando su extradición, por ahora, sin éxito. El periodista Ken Bensinger, uno de los más entendidos en el tema, le resaltó a 'Doble Amarilla' que está situación podría generar un nuevo pedido de extradición: "Puede que la fiscalía intente con otro petición de extradición. Puede. No hay certeza aún. Los Jueces negaron el último pedido", recuerda.

Con la inclusión de López, ya son 7 los argentinos implicados en el FIFA-Gate: Alejandro Burzaco , exCEO de Torneos, sigue en Estados Unidos a disposición de la Justicia estadounidense y sin fecha de sentencia, aunque podría ser en un puñado de meses más. José Luis Meiszner y Eduardo Deluca -cuyo apellido también resurgió con las acusaciones de este lunes- ambos con prisión domiciliaria y con pedidos de extradición rechazados, al igual que los Jinkins, aunque su situación podría variar. También está José Margulies, que nació en Argentina, pero se nacionalizó brasileño y trabajó casi toda su vida en la empresa Traffic. Hoy, tiene 80 años y fue condenado en enero de este año a dos años de libertad condicional por su rol en el FIFAgate, tras el pago de u$s 9,2 millones. Y, por supuesto, Julio Humberto Grondona, que, a todas luces, sería Co-Conspirator 1, pero eso aún no se admitió ni se acusó de manera formal. 

Ya pasaron casi cinco años de la redada en el hotel Baur Au Lac de Zürich y el FIFA Gate sigue dando tela para cortar. Varios de los acusados ya fallecieron -Blazer, Grondona, Leoz y Hawilla- pero siguen las sorpresas en torno al escándalo de corrupción más grande del fútbol y uno de los más grandes del mundo.