El “Caso Rubiales” escribe capítulos de su novela casi a diario. El viernes pasado, el expresidente de la Real Federación Español de Fútbol (RFEF), recibió un revés judicial mediante el que se dispuso la prohibición de acercamiento a la jugadora Jennifer Hermoso a menos de 200 metros y de comunicación con ella por cualquier medio, informó la Audiencia Nacional de España.

La audiencia lo encontró a Rubiales, desde temprano, en la sede de la Audiencia Nacional, acompañado de su nueva abogada, Olga Tubau. Estuvo una hora declarando ante el magistrado titular del Juzgado Central de Instrucción número 1, Francisco de Jorge, quien lo investiga por los delitos de agresión sexual y coacciones tras la querella presentada por la Fiscalía.

Esta mañana, el periódico “El Mundo” publicó un extracto del discurso confeccionado por la RFEF y que Rubiales debería leer ante la Asamblea convocada de urgencia el pasado 25 de agosto. 

"Siento mucho, desde de lo más profundo de mi corazón, haber empañado esa enorme victoria de nuestro equipo femenino (...) El primer error fue traspasar los límites de la confianza con la jugadora Jenni Hermoso. Ella sabe que no hubo mala intención, pero es evidente que lo que pretendía ser un gesto de alegría y felicitación se convirtió en un símbolo de dominio de un hombre en una posición de poder - yo mismo - sobre una mujer. Soy imperfecto, por supuesto, pero me tengo por un ciudadano respetuoso y jamás he aceptado gestos de violencia ni de dominio sobre ninguna mujer. El segundo error fue negar inicialmente la gravedad con que muchos apreciaron mi gesto, y calificar con algunos insultos a los que lo criticaron. Tras muchas horas de viaje, precisamente con las jugadoras y los técnicos de la Federación, no supe apreciar la sensibilidad social del momento. Ese fue el segundo error, sin paliativos. El tercero consistió en no apreciar tampoco al día siguiente lo inadecuado de mi comportamiento, y poner matices y excusas. Debí decir entonces lo que digo ahora con tres palabras: lo siento. Perdón (...). Estoy completamente convencido de que no hay acto punible en mi conducta y así lo constataré si se me requiere. Pero es evidente que mi comportamiento fue inadecuado y reitero mis disculpas. Estoy a disposición del Área de Integridad de la Federación, que ha abierto ya diligencias internas".

El texto fue confeccionado por Luis Arroyo, asesor externo contratado por la RFEF hace aproximadamente un año para mejorar la imagen de Rubiales tras el espinoso affaire del chalé de Salobreña.