Preocupación en los clubes por la presión de UTEDYC por el pedido de un aumento en paritarias
Tras el incremento salarial del 29% acordado en abril, la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles exigen una suba para alcanzar el 84%. Claudio 'Chiqui' Tapia se puso al frente de las negociaciones y en esta semana busca llegar a un acuerdo para evitar un golpe muy importante a las ya castigadas economías de las instituciones deportivas.
La paritaria reabierta entre la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDYC) aumenta la preocupación en los clubes por la presión del gremio para llegar a un 84% de aumento en paritarias tras haber cerrado el incremento salarial del 29%, a cuenta de futuros aumentos.
El acuerdo del primer incremento salarial del año había sido firmado por Claudio Tapia, presidente de AFA, y Víctor Blanco, Secretario de la entidad, con los representantes del gremio el Secretario General Nacional Carlos Bonjour; el Secretario Gremial Nacional Jorge Ramos; el Subsecretario Gremial Nacional Fernando Argüelles; y la Secretaria de Actas y Previsión Social Nacional María del Carmen Martire.
El mismo establecía un aumento del 29% teniendo en cuenta los salarios básicos del mes de diciembre de 2021, y se abonó en tres tramos: el 12% a partir del 1º de marzo, el 9% desde el 1º de mayo y el 8% a partir del 1º de junio.
En aquel momento AFA y UTEDYC habían establecido retomar las negociaciones en agosto para revisar los niveles salariales en función de los precios y de la situación económica del país. En este contexto los clubes le pidieron a Claudio 'Chiqui' Tapia que se ponga al frente de la negociación con este pedido de un 55% extra para 2022, una situación que para las instituciones del fútbol argentino resulta inviable.
A falta de una semana para la definición de la paritaria, la preocupación es mayor porque los dirigentes explican que cada vez un empleado cuesta más caro. A diferencia de las empresas, los clubes mantienen empleados con más antigüedad, que genera una masa salarial con mucha incidencia en el esquema de costos de las instituciones deportivas.
Desde los clubes argumentan que esto contrasta con los ingresos de los clubes que no aumentan en proporción, como por ejemplo los de sponsoreo o ticketing, que se diluyeron con la devaluación de estos últimos meses. Lo mismo sucede con la cuota social, que no recibe nuevos aumentos para evitar la morosidad y que los socios dejen de pagarla.
A este escenario de asfixia económica se suma el ajuste de tarifas que está implementando el Gobierno que tiene sólo exentos a los clubes de barrio. A eso se suma que las ventas al exterior en dólares se deben liquidar al valor oficial, que tiene una cotización menos de la mitad del blue que, además, tiene una carga de impuestos importante pese a la vigencia del Decreto 1212.
En resumen se viven horas de negociaciones intensas con un gremio con altas exigencias y un Tapia que representa a los clubes del fútbol argentino que se pone firme para tratar de responder al pedido que le hicieron las instituciones a las que representa.