(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Los hermanos Romero, más que Gemelos, parecen trillizos. Están Ángel, Óscar y Conflicto. Que, tranquilamente, podría ser el tercer hermano. Llegaron a San Lorenzo con trato y transferencia de súper Star y, si bien aportan -y mucho- en el juego del Ciclón, aún no pagaron todo lo que el club puso en ellos, ni justificaron el trato de estrellas que declaman en cada momento.

Si a eso se le suma sus acciones dentro y fuera de la cancha, incluso en entrenamientos, el combo termina siendo arriesgado para el club que preside Marcelo Tinelli.

En la noche de La Bombonera, Ángel saltó con las dos rodillas para adelante y fracturó a Exequiel Palacios. El VAR no vio nada y el paraguayo siguió jugando. Minutos después se ganó la tarjeta amarilla por una nueva falta, una de las tantas que cometió en la noche. Varios vieron mala leche en la acción, porque saltó con las dos rodillas hacia adelante, un movimiento que no es producto de la inercia, sino que es intencionado. 

Este año, más temprano, Ángel fracturó a su compañero de equipo, Andrés Herrera, causando un sismo interno en el plantel, una fractura en el vestuario y, también, un perjuicio económico para el club, porque el chico estaba vendido a Palmeiras. 

Esa jugada contra Herrera, marcó una división en el plantel, que se puso casi en su totalidad del lado del juvenil y le marcó la cancha a los Romero, con Fabricio Coloccini a la cabeza, con posteos en redes sociales. Tal fue el revuelo que se armó, que el DT, Mariano Soso, resolvió separar por una semana a Ángel de los entrenamientos y, 48 horas después de la patada, Ángel y Óscar fueron a visitar al chico a su casa para hacer públicas y personales las disculpas. 

Esos son los últimos conflictos, de varios que acumulan los gemelos en San Lorenzo. Demoras para volver de su país durante la cuarentena, trato preferencial exigido y detentado en su estadía en Buenos Aires e, incluso, una polémica por el número, ya que Ángel quería el "11", misma camiseta que usa en Paraguay. Ese número estaba ya asignado a Ezequiel Cerruti. Lejos de comprender, Ángel amenazó con no presentarse a entrenar si no le garantizaban el dorsal. ¿Cómo terminó la historia? Con el 92, cuya suma da "11". Un caprichoso de aquellos el delantero guaraní.

En lo futbolístico, Romero aporta indudablemente a San Lorenzo. De los 31 goles que tiene en su carrera (y 32 amarillas y 2 rojas), 5 los hizo en Boedo, viene de marcarle a Estudiantes el pasado fin de semana y será una ausencia de peso para el Ciclón en su visita a Aldosivi, en Mar del Plata. Su hermano, Óscar, lleva 4 goles en San Lorenzo y, pese a los aires de estrella que maneja, tiene un perfil menos conflictivo que su hermano.