(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Los hermanos Óscar y Ángel Romero llegaron a Boedo con aires de estrellas, con algunas cosas más propias de la Calle Corrientes que de jugadores profesionales. Claro, no son los primeros jugadores en pedir un dorsal específico a su llegada a un club, pero quizás sí los primeros en encapricharse tanto. 

Ambos habían pedido la “10” y la “11” al llegar al club azulgrana. Pero no va a poder ser, al menos, un 50 por ciento de lo pretendido. El problema es que la llegada de ambos se dilató mucho y se dio después que San Lorenzo entregara en Superliga la lista de dorsales y apellidos para la Superliga 2019/20. 

Óscar si pudo utilizar la “10”, pero a su hermano no le quedó espacio para usar el 11. Ojo, Ángel no se lo tomó muy bien. Incluso, según pudo averiguar “Doble Amarilla”, amenazó con no presentarse a entrenar si no le garantizaban ese número. San Lorenzo intentó la gestión, pero desde Puerto Madero se lo negaron y le recordaron que el Comité Ejecutivo es el que debe habilitar el cambio de dorsales.

La insistencia del club azulgrana, además, logró que Ezequiel Cerutti se haya enojado mucho con lo sucedido. Claro, el “Pocho” es el que usa la “11” y el capricho de Ángel lo fastidió muchísimo.

A Ángel los directivos le explicaron que va a tener que esperar, al menos, hasta el receso del torneo porque las listas de dorsales ya habían sido entregados a la Superliga. Por eso, apareció el “92”, porque la suma de nueve más dos, da Once. Sí, el consuelo que se le entregó al caprichoso Ángel Romero. De no creer en jugadores profesionales.