El arquero de Gimnasia y Esgrima de Mendoza, Brian Olivera, fue el centro de las miradas en el encuentro de su equipo, luego de la agresión que sufrió en la noche del sábado en cancha de Quilmes, en un partido por el Reducido de la Primera Nacional. El “1” del conjunto mendocino rompió el silencio y contó lo que vivió el último fin de semana.

“De salud estoy bien, no fueron días fáciles. Cuando explotó la bomba se hizo todo un loquero en la cabeza porque recibí muchas amenazas y mensajes. Cuando pasa de lo deportivo se meten con tu familia, con lo que pasaste y te desean el mal, por algo... que yo no hice, no sé porque se la agarran conmigo y no con el que tiró la bomba, reflexionó el guardavallas y agregó: “Estoy bien, listo para volver a jugar el partido ahora”.

El arquero recapituló lo ocurrido y ratificó lo sucedido “Tiraron una bomba y empecé a sentir un ruido en el oído. Cuando me quise levantar me sentía medio mareado,  medio boludo", en diálogo con FMQ , quien fue retirado del campo de juego e internado en el Sanatorio Finochietto: “No quería que me pongan el cuello ortopédico, pero el médico me decía que era por protocolo y ahí comenzaron con las amenazas”, detalló Olivera. 

El arquero del conjunto mendocino detalló la odisea que pasó luego de lo que fue su salida del Estadio Centenario: "Me querían llevar a un hospital de Quilmes y los médicos me dijeron que era imposible porque iba a haber muchos hinchas, que iba a estar toda la barrabrava. No tenía idea si era así, donde paraban ellos. Pero no iba a ponerme en riesgo”, describió el guardavallas cordobés.

“No me sentía acorde para jugar, me sentía débil y mis compañeros me dijeron que me veían con la mirada perdida”, sostuvo. Y cerró: “En ningún momento lo quise ganar por escritorio y de hecho estoy de acuerdo en que se siga jugando. Estamos preparando esos 45 minutos, los partidos se ganan dentro de la cancha y ya estando todo en blanco, el que gane que pase a la siguiente ronda".