El fútbol de ascenso se vio empañado, nuevamente, por hechos de violencia. En Quilmes se suspendió el duelo entre el local y Gimnasia de Mendoza luego de que la parcialidad “cervecera” le arrojara todo tipo de objetos al arquero visitante, Brian Olivera, hasta impactarlo. 

Antes de iniciar el segundo tiempo, el guardameta del equipo mendocino cayó al suelo luego de que una bomba de estruendo detonara cerca de su posición. Luego de ser atendido por los médicos intentó recuperar la vertical pero no pudo y debió abandonar el campo de juego. Ante esta situación, el árbitro José Carreras decidió suspender el encuentro. 

Tras casi una hora de atención en el vestuario visitante, Olivera fue trasladado a un centro médico privado de la ciudad de Buenos Aires acompañado por dirigentes de su equipo y de Quilmes, donde permaneció toda la noche en una sala de observación. 

Según el parte médico, al que pudo acceder Doble Amarilla, "el jugador posee un trauma acústico a raíz de la explosión de una bomba de estruendo que cayó muy cercana a él, por la onda expansiva le ha generado vértigo, mareos, náuseas y tiene un zumbido muy fuerte en los oídos”.

Por su parte, los dirigentes del “Cervecero” sostuvieron que “el trauma es leve y por eso ni siquiera le hicieron estudios". 

Lo cierto es que esta mañana, Olivera abandonó el centro médico con el alta firmada y según comentaron desde Gimnasia seguirá siendo evaluado por los médicos del plantel que le recomendaron que no regresa a Mendoza en avión.