Nuevamente la Fiscalía Especializada en Eventos Masivos a cargo de la Dra. Celsa Ramírez, volvió a quedar en el ojo de la tormenta, luego de que en el medio del duelo entre River y Argentinos Juniors labrara una actuación por omisión de recaudos (exceso de aforo) en el reestreno del reformado estadio Monumental. 

A partir de la intervención judicial se comenzó una investigación que incluirá el registro de las imágenes de las cámaras del estadio y demás pericias a los sistemas informáticos para determinar si realmente hubo mayor cantidad de espectadores que los permitidos. 

Con las pruebas recolectadas, tanto la Fiscalía como el Juzgado se determinarán los pasos a seguir. En casos similares, se produjeron clausuras parciales y multas económicas. 

La Fiscalía a cargo de Ramírez vuelve a quedar en el tapete tras la bronca desatada con la dirigencia de Boca la semana pasada tras la clausura de la Tribuna Sur Alta de La Bombonera. Desde el comienzo de Jorge Ameal y Juan Román Riquelme, en Boca siempre miran con desconfianza las decisiones que se toman desde la fiscalía General de la Ciudad de la que depende Ramírez. El fiscal General de la Ciudad es Juan Bautista Mahiques, un hombre muy cercano a Daniel Angelici

La dirigencia Xeneize siempre apuntó a "cierta animosidad" de Mahiques y Ramírez contra quienes vencieron al ‘Tano’ en las urnas. Ramírez clausuró, en un par de oportunidades la Bombonera, en una de ellas justamente por cuestiones de incumplimiento del aforo cuando aún regían los límites de pandemia.

También la fiscal tuvo a cargo la mediática causa contra Juan Román Riquelme y su hijo Agustín, quien en marzo de 2021 asistió a la Bombonera a las pocas horas de regresar de su viaje de egresados a Cancún violando la cuarentena obligatoria para quienes reingresaban al país en aquellos tiempos. 

Otra de las causas que investigó Ramírez fue la de un obrero fallecido tras caer de un andamio mientras pintaba la Bombonera. En ese caso se indagó sobre las condiciones de seguridad y laborales del trabajador. Hay que decir que pese a las argumentaciones de la dirigencia, cada caso tuvo motivos de sobra para que la Justicia interviniera.