(De la redacción de DOBLE AMARILLA) La temperatura de la interna de Godoy Cruz está muy cerca de alcanzar su punto de ebullición y el conflicto es nada menos que entre el presidente José Mansur y su vice 1º Alejandro Chapini. La razón no es desconocida para el fútbol argentino ni para el Tomba: Cristian Bragarnik, el representante con más lazos y conexiones entre los 28 equipos que conforman la Superliga.

El empresario pretende volver a pisar fuerte en el club mendocino, que ya notó su influencia a la hora de acercar entrenadores y refuerzos durante gran parte de la década. Con ese objetivo, Bragarnik ofreció a Walter Coyette, recientemente desvinculado de Chacarita.

Se sabe que el empresario les aconseja a sus clientes irse de un club solo cuando conoce que tiene al menos un candidato firme para contratarlo. Bragarnik se relacionó con Coyette luego del ascenso de Chacarita y gestionó con Argentinos Jrs. antes de renovar con el Funebrero.

La clave del distanciamiento entre Mansur y Chapini radica en el principio de acuerdo que alcanzaron el presidente y Bragarnik para vincular a Coyette con el Tomba. El vice se opone y hasta amaga con renunciar. Su candidato principal es Pedro Troglio y maneja otras dos alternativas: ninguna de ellas es el ex entrenador de la Selección Argentina Sub 15. Ninguna de ellas es representada por Bragarnik.

El caso Coyette no es la primera diferencia importante entre Mansur y Chapini, pero sí la que puede quebrar la unión. Un tema que los aleja y que intentan disimular mediáticamente se asocia a un deseo primordial de los hinchas: el regreso al Feliciano Gambarte, el estadio de Godoy Cruz. Mientras para Chapini es importante y se manifiesta a favor de hacer lo posible por ver al Tomba jugando allí, para Mansur representa un problema y prefiere quedarse en el Malvinas Argentinas.

Antes de iniciar el campeonato tuvieron varios cruces por las incorporaciones y la caldera se encendió con la llegada de Victorio Ramis, ex delantero de Talleres. Mansur le reprochó el monto a pagar y haber arreglado con Andrés Fassi, titular del club cordobés, sin haberlo consultado. Mansur buscaba que ese lugar lo ocupara algún delantero que no tuvieran en cuenta los equipos grandes de Buenos Aires y pensaba en Walter Bou.

El vice viene ganando terreno y quienes lo rodean aseguran que tiene muchas ganas de ser el máximo responsable de la institución. Su relación con Mansur trasciende al fútbol y el presidente del Tomba lo tomaba como hombre de confianza incluso cuando no tenía un papel preponderante en la vida del club. Quienes conocen cada detalle de la interna aseguran que han tratado de unirlos, pero la relación es cada vez más conflictiva. El efecto Bragarnik puede resultar determinante para tatuarle “fin” a una sociedad que hizo mucho por Godoy Cruz.