(De la redacción de DOBLE AMARILLA) Si bien el 2018 había sido un año complicadísimo para Conmebol, fundamentalmente por la definición de su Copa Libertadores en Madrid con River y Boca, este 2019 tampoco ahorró en asuntos álgidos y complicados que marcaron el transcurrir de los meses en una temporada donde se cambió el modelo económico y de comercialización de los torneos con números récord pero también cuestiones a revisar para el futuro.

Con ingresos extraordinarios tras una licitación por país y paquetizada por cuatro años, Conmebol transitó la primera temporada con muchos inconvenientes de conectividad para sus encuentros por Facebook en el primer semestre luego compensado por el éxito comercial y de audiencia de sus dos finales únicas: la de Libertadores en Lima y la de Sudamericana en Asunción.

Claro que en este punto hubo perlas negras que fueron las mudanzas: primero la final de la Sudamericana desde Lima a Asunción por inconvenientes de logística y de conducción en la Federación Peruana, y luego, con ambos equipos clasificados (River y Flamengo) el traslado de la definición de la Sudamericana de Santiago a Lima por las protestas y la inestabilidad política-social de la capital chilena.

Desde las propias autoridades de la Conmebol reconocieron que en esta paquetización y venta de derechos no se incluyeron los restantes torneos organizados por el ente sudamericano que los dejaron sin pantalla ni compradores como las Copas Libertadores Femenina, de Futsal o de Fútbol Playa.

Para la próxima licitación en 2022, estos derechos serán incluidos en los pliegos así los interesados en las Copas Libertadores, Sudamericana y Recopa deberán también garantizar transmisión y pantalla para estos eventos.

El VAR y los arbitrajes también fueron un eje de conflicto para la Conmebol, que tuvo su punto más álgido en la Copa América disputada en Brasil, y más precisamente en la semifinal que enfrentó a los anfitriones y Argentina. Las críticas de la delegación albiceleste terminaron con la sanción para el capitán Lionel Messi y con el desafuero de Claudio Tapia como representante ante FIFA.

Esta relación de idas y vueltas entre Conmebol y AFA fue recomponiéndose en el segundo semestre pero quedaron rispideces de aquel cortocircuito en el Mineirao. No fue el único frente abierto a nivel internacional por Conmebol en 2019 porque luego de la designación de Argentina-Colombia para la edición 2020 del torneo de selecciones los lazos con Concacaf quedaron resentidos... en un vínculo que podría comenzar a sanar con ¿la vuelta de los equipos mexicanos para las Copas Libertadores y Sudamericana 2021?

Con FIFA, en tanto, la muy buena sintonía fina de GIanni Infantino con el paraguayo Alejandro Domínguez, con visitas incluidas a Sudamericana del suizo tuvieron un pequeño cortocircuito hacia fin de año cuando el primer mandatario del fútbol recibió a los representantes de la flamante Asociación Mundial de Clubes, con Daniel Angelici (Boca) y Rodolfo D'Onofrio en Zúrich.

El Mundial de Clubes 2021 en China fue el principal tema de discusión en aquel cónclave pero el salteo de estamentos de representación no cayó bien tanto en Asunción (principalmente) como en Nyon, sede de la UEFA, con el esloveno Aleksander Ceferin a la cabeza.

El fomento de las disciplinas bajo el área de Desarrollo y la búsqueda de potenciar las diez asociaciones miembro fue una política sostenida y bien ponderada en la gestión Domínguez, que además realizó una modificación estatutaria en este 2019 para adaptar la Carta Magna de Conmebol a estándares internacionales impuestos por FIFA.