Santa Fe y la ciudad de Rosario en particular están ante una delicadísima situación con una guerra narco que desde fines del año pasado volvió a recrudecer y que, desde que empezó el año, se cobró 36 nuevas víctimas fatales. Ante esta situación el Gobierno Nacional negocia con el provincial el envío de nuevas fuerzas federales para hacer frente a esta crisis.

Desde el ministerio de Seguridad consideran clave atacar al foco de las barras de Newell’s y Rosario Central, enfrentadas acerbamente desde lo futbolístico y el folckolore, pero socias en la distribución de la cocaíca en el Sur de Santa Fe. "Tenemos que atacar a las barras de fútbol en Rosario, que son el foco de la violencia narco", aseguró Patricia Bullrich este domingo en declaraciones al diario La Nación.

Según informa La Nación, la situación en la barra de Newell’s es la más complicada. El jefe de la facción de hinchas violentos de la Lepra es Emiliano Ovejero, alias Jija. Está acusado de los homicidios de los hermanos Johnatan y Ulises Funes y de ser el brazo armado del clan contrario, la familia Caminos. La guerra entre los Funes y los Caminos nació en 2013 y cuando parecía empezar a calmarse durante el año pasado por el retiro de Jorge “El Gordo” Funes, se intensificó desde principio de año con el asesinato de dos de sus hijos y su esposa. 

El miércoles fue detenido Matías Pera, uno de los muchachos fuertes de la barra de Newell's, por pedido de la Fiscalía, que lo imputó por el ataque a balazos contra el bar Don Nadie. Un día antes de la detención de Pera, la Policía Federal detuvo a Enrique Solís, supuesto sicario de Jija, jefe de la barra, acusado de los crímenes de los hermanos Funes.

"El juicio contra la banda de Los Monos, que comenzó en noviembre pasado, alteró el mapa narco de Rosario", alertó un investigador judicial al diario La Nación, que señaló que "esta organización empezó a operar con más intensidad en las calles a través de otras bandas menores y la barra brava de Newell's, copada por los Cantero desde hace tiempo”.

El ministerio de Seguridad pone así el foco en las dos hinchadas más importantes de Rosario en momentos que los crímenes narcos en esa ciudad superaron las 1200 muertes desde 2012.