(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Confundir al hincha. Esa parece ser la premisa que se instaló en las últimas horas entre diversos actores del Gobierno y del fútbol a la hora de planificar cuándo volverá a rodar la pelota. Esta tarde, el ministro de Turismo y Deportes Matías Lammens se reunió con su par de Salud, Ginés González García y tras ese encuentro se generó otra confusión y otra desilusión para los amantes del deporte más popular. Desde el Ministerio de Turismo y Deportes se dejó trascender que el 25 de mayo los planteles argentinos iban a poder volver a entrenar bajo un estricto protocolo de seguridad y sanidad. La noticia generó expectativa de que ya no se corría el arco.

Sin embargo, minutos más tarde, el ministro de Salud Ginés González García descartó que se esté estudiando una fecha para la vuelta de los entrenamientos primero, y de la competencia después. "Nos juntamos con Matías, pero que yo recuerde no se habló de ninguna fecha", dijo en declaraciones a la Oral Deportiva.

La instalación de una fecha inminente para la vuelta de los entrenamientos alteró los ánimos de la gran mayoría del fútbol argentino. Ni AFA ni Superliga ni los presidentes de los equipos de Primera División habían sido avisados por Lammens de que se iba a tratar un protocolo para volver a los entrenamientos a fines de este mes. La información generó bronca y una nueva desilusión con el ministro por parte de los hombres del fútbol.

Rápidamente la mayoría de los clubes más importantes se mostraron furiosos porque ni siquiera habían sido consultados por Lammens. Sostienen que no ven viable que se haga efectivo el trascendido de acuerdo a las propias informaciones que dan los epidemiólogos. Entónces,¿el regreso del fútbol pasa a ser una cuestión política? Desde que el presidente Alberto Fernández dijo el sábado en una entrevista con TNT Sports que le gustaría que vuelva la actividad, pero que los epidemiólogos no lo permiten, a la mayoría de los dirigentes le quedó claro que el Gobierno tiene un interés particular para que vuelva lo antes posible.

Es lógico. Con un presente de angustia por el deterioro de la situación económica de cada una de las familias producto de la pandemia y ante el encierro de la mayoría de la sociedad, el fútbol puede ser un buen cable a tierra. Ante este panorama, entre los dirigentes se preguntan ¿a qué juega Lammens? El ministro prometió una ayuda concreta del Estado hacia los clubes, pero dicha asistencia hasta el momento, solamente llegó en forma de ATP o Repro. Eso es considerado como insuficiente desde la dirigencia. Hasta en su mismo club, donde aún es vicepresidente, la noticia cayó como un baldazo de agua fría. San Lorenzo, en las últimas horas, se convirtió en la primera institución en tener en sus instalaciones un hospital de campaña. Ante eso, es imposible que esos espacios (justamente, en el Nuevo Gasómetro) puedan ser utilizados para el entrenamiento.

Las palabras de Ginés González trajeron alivio. A pesar de eso, en el fútbol se preguntan por qué Lammens se aventuró a intentar instalar una fecha para el regreso a los entrenamientos. Para eso eligió el diario La Nación, medio en el que Lammens se jacta de tener influencia vía algunos periodistas lo que ha generado desconfianza en parte del Gobierno, principalmente en el kirchnerismo.

Todo se da en momentos en que desde CONMEBOL miran muy de cerca a las asociaciones miembro y a los gobiernos, porque esperan algún guiño de los estados para retomar las competiciones continentales.

Un tema no menor es que por segunda vez en dos días, Lammens fue desmentido. Este lunes lo contradijo el presidente de Boca, Jorge Ameal, luego de que el ministro diga que Boca no había pedido ayuda al Estado. El dirigente boquense se lamentó por la situación y por el hecho de tener que haber pedido ayuda. Ameal confirmó que Boca tuvo que pedir colaboración mediante los programas de ayuda implementados por el Gobierno. Luego, este martes, González García desmintió la versión que se impulsó desde la cartera que encabeza Lammens.

En este escenario, los jugadores de los principales clubes de la máxima categoría se mostraron sorprendidos por el trascendido. Si bien hay algunos que evalúan la vuelta por temor a que se les recorten más los salarios, la gran mayoría tiene temor al contagio. Los más reticentes al regreso se aferran a las voces oficiales del propio Gobierno que hablan de que lo peor no llegó. Hoy, en el fútbol argentino, la alternativa más realista siempre y cuando que la situación no se desborde, es que se podría volver a entrenar entre agosto y septiembre y volver a jugar entre septiembre y octubre.