La Selección de Rusia volverá a jugar luego de la sanción de FIFA. Lo hará el 24 de septiembre en un partido amistoso en Kirguistán, siete meses después de ser suspendida tanto por el organismo mundial como por UEFA por la invasión de las tropas rusas en Ucrania.

El amistoso se disputará en la capital kirguís, Biskek, y luego en noviembre el rival del combinado ruso será Irán, aunque se desconoce aún la fecha.

La Unión de Fútbol de Rusia buscó, durante los últimos meses, selecciones a las que enfrentarse tras la sanción que impide a los eslavos disputar el Mundial de Qatar y la Nations League.

Rusia no juega un partido oficial desde la derrota por la mínima ante Croacia, que lo ubicó en la repesca mundialista. No obstante, el inicio, a fines de febrero, de la invasión de las tropas rusas a Ucrania, le impidió jugar ante Polonia.

El seleccionador ruso, Valeri Karpin, convocó en la lista preliminar a 35 jugadores, entre los que destaca Zajarián, pretendido por el Chelsea y otros grandes europeos, y Mostovói, el extremo del líder de la liga rusa, el Zenit San Petersburgo. 

Ante la falta de partidos, Karpin decidió compaginar el cargo de seleccionador con el de entrenador del Rostov, club de la división de honor rusa.

Los clubes rusos tampoco pueden disputar competiciones internacionales, por lo que no participan ni en la Champions League ni en la Liga Europa.