(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Se están dando cambios importantes en el mundo de la pelota que se juegan fuera de la cancha. FIFA puso en vigor su nuevo "Código Disciplinario", el cual fue ideado por el jurista español Emilio García Silvero, director legal de la FIFA.

Una de las primeras novedades es que, a partir del pasado lunes, FIFA entrega un servicio de asistencia jurídica gratuita para los clubes y agentes de bajo recursos, algo inédito en la historia del organismo.

Además, hay otras cosas interesantes en el nuevo código. Para empezar, se clasifican y se endurecen la prescripción de algunas faltas, en especial las relaciones al antidopaje, transferencia internacional de menores de edad y arreglo o manipulación de partidos.

En el código anterior, según indica el sitio "Iusport", apenas se diferenciaba la prescripción según las infracciones, por lo que todas las infracciones quedaban igualadas bajo una misma duración: diez años. Así, no parecía haber un criterio claro. 

También se basaba en que todas aquellas infracciones cometidas durante los partidos prescribían a los dos años. Esto último se mantiene en el nuevo código, pero lo primero cambia sustancialmente.

En la anterior normativa se decía que las infracciones relacionadas al antidopaje prescribían a los 8 años, ahora, será a los diez. También 10 años será el plazo para las normativas que tengan que ver con infracciones sobre transferencias internacionales de jugadores menores de edad y arreglo o manipulación de partidos.

En el código anterior, las transferencias internacionales de menores no habían tenido un precepto concreto dentro de la prescripción, pero el hecho que varios clubes hayan sufrido sanciones por el tema, obligó a darle un marco de prescripción.

El resto de las infracciones en cambio, prescribirán a los 5 años, marcando una clara diferencia con las que FIFA considera más graves y desigualando las mismas. Parece una cuestión que "aliviana" las penas, pero lo cierto es que en las penas que en Zurich consideran más graves, el código ha endurecido los castigos.