El Arena Condá fue el escenario de uno los momentos más conmovedores de este final de año. Allí se disputó un partido amistoso que recolectó fondos para la Asociación Brasileña de víctimas del accidente del Chapecoense, en la que participó Jackson Follmann. Volvió a jugar al fútbol y se llevaron los aplausos de todos. 

El arquero de 25 años fue el que se llevó todas las miradas. Dio el puntapié inicial, convirtió el cuarto gol que le dio la victoria a su equipo. Después dejó la imagen que recorre el mundo: Llevó a cabo una broma con su pierna ortopédica, la cual perdió producto del trágico accidente. Cerca del final del partido, Follmann fue a disputar una pelota y cayó al suelo para luego acusar un tirón muscular en la zona de los cuádriceps de su pierna ortopédica. 

Lo cierto es que el futbolista es un claro ejemplo de superación constante, ya que, a pesar de que fue muy duro, desde el accidente y hatsa su recuperación, demostró siempre luchar por seguir adelante sin bajar los brazos. Siempre con una sonrisa y luchando por su sueño.