Tras la situación que vivió en Banfield a mitad de año, cuando se fue iniciando un millonario juicio al club que lo formó y en el que debutó en Primera División hace casi 20 años, Renato Civelli afronta un nuevo problema con una institución. En este caso, es con Huracán, entidad que lo cobijó tras su salida del Taladro, donde había perdido la titularidad y presentaba muy flojos rendimientos en el pasado inmediato.

En junio, Civelli firmó contrato con Huracán por 18 meses, con una chance de salida terminada la Copa Diego Maradona. Tras haber sido señalado por hinchas, periodistas y dirigentes como el punto más flojo del equipo de Israel Damonte, la propia directiva del Globo había decidido hacer uso de la cláusula de salida en una reunión de CD de Huracán. La decisión fue aprobada y apoyada por todos los integrantes de comisión, incluyendo el presidente Alejandro Nadur, quien no quiere al jugador en el club y, aunque evita referirse a su opinión en público para no quedar mal con Damonte, ahora está en una encrucijada y parece que pateará la decisión para adelante.

Una vez notificado de la decisión dirigencial, Civelli afirmó que no se va a ir de Huracán, y que si la directiva desea rescindir el contrato, deberán abonarle la totalidad del mismo (es decir, hasta diciembre de este año). Esta situación deriva sí o sí en un problema político o económico. Las opciones son tres: o la dirigencia da marcha atrás y no rescinde; o el jugador es separado del plantel y cobra sin jugar; o bien, se rescinde el contrato y Civelli hace juicio, porque alega que la clausula de salida debe ser aprobada por ambas partes. 

Los antecedentes del jugador indicarían que el juicio es la opción más firme. Hace pocos meses, se fue de Banfield pegando un portazo disgustado porque no iba a ser tenido en cuenta y ejecutó una demanda judicial que en el Sur califican como “alocada y fuera de fundamento”.

Incluso, en ese momento, la demanda de Civelli al Taladro sorprendió a todo el ambiente del fútbol. Más allá de haber deuda o algún problema, llamó poderosamente la atención que un referente tenga ese comportamiento con el club que lo vio nacer en plena pandemia. En las reuniones dirigenciales a mitad de año, también se sorprendieron por el riesgo que tomaba Nadur al contratarlo. En cuanto a la demanda a su anterior club, hay incertidumbre sobre el desenlace del juicio ya que se espera un proceso judicial de muchos años. Antes con Banfield, ahora con Huracán, ¿Civelli otra vez judicializa su situación?