La noche de la Bombonera dejó mucha tela para cortar. El empate sin goles, y con un rendimiento bastante pobre, ante el Rosario Central de Carlos Tévez marcó un punto de quiebre. Quizás como muy pocas veces en el último tiempo, la gente se expresó en contra de la actual gestión del club de la Ribera. Y se hizo sentir...

Tweet de Diario Olé

La primera manifestación fue el apoyo (una vez más) para Agustín Rossi. Luego del enfrentamiento público entre el presidente de la institución y el representante del guardavallas, se dio por concluida la negociación para extender el contrato. Cuando el arquero le atajó el penal a su colega Servio, la Bombonera estalló con el ya famoso "Rossi es de Boca, de Boca no se va...". Fue la primera advertencia de que iba a ser una noche complicada.

Mientras los minutos se consumían y el empate ante Central era cada vez más palpable, el sector de plateas empezó a registrar movimientos hacia una dirección específica. Fue asi como llegó la segunda manifestación masiva en contra de la conducción 'Xeneize', y fue más explícita y directa hacia la figura del titular de Boca.

Los hinchas comenzaron a cantar de cara al palco que ocupaba Ameal, desencantados con la marcha del proyecto futbolístico del conjunto de la Ribera, exigiendo un entrenador de jerarquía para suceder a Hugo Ibarra, asi como también a expresar el descontento por el nivel mostrado ante el equipo de Tévez, Noche por demás caliente en la Bombonera.