La jornada inaugural de la Liga de Concacaf vivió un hecho insólito en el encuentro entre Inter MT (Surinam) y el tricampeón del fútbol hondureño, Olimpia, con el vicepresidente del país de América del Sur como protagonista: Ronnie Brunswijk.

Brunswijk, ex guerrillero acusado de corrupción y robo de bancos, de 60 años de edad, fue alineado como titular con el dorsal 61. Además, fue el capitán para el encuentro de ida de los octavos de final, en la primera ronda del torneo en curso.

Sin embargo, la novedad no termina allí. En el once, además, se dio la inclusión de Damian Brunswijk con la casaca 10, uno de sus 50 hijos registrados.

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Según su prontuario, recopilado por el periodista Nahuel Lanzón, Brunswijk, antes de su actividad empresarial y militar, jugaba de joven a la pelota y llegó a formar parte de algunos encuentros oficiales, pero fue expulsado por malas conductas deportivas.

Un informe del New York Times revela que el actual directivo del club americano, además de ser un paracaidista de élite, es acusado de robar bancos y de cometer delitos de narcotráfico en los Países Bajos.

En su regreso a Surinam, ganó las elecciones junto a Chan Santokhi, un ex policía que le siguió los pasos durante su época de rebeldía. Ronnie Brunswijk ha sido acusado de varias incidencias, como ingresar al terreno con arma de fuego para amenazar jugadores, entre otros tantos ilícitos.