El ex árbitro argentino Javier Castrilli le ganó un juicio millonario a Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile, tras su despido como máxima autoridad de la Comisión de Árbitros de aquel país. 

El 1° Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago le dio la razón a Castrilli y condenó a la ANFP al pago de una indemnización casi $150 millones (CH): $122.136.685 por indemnización de su despido, y $25.000.000 por daño moral.

La querella presentada por Castrilli apuntaba a una vulneración a la integridad física y psíquica; derecho a la honra, y libertad de trabajo con ocasión del despido; indemnización por daño moral; nulidad del despido; indemnizaciones; diferencias; y prestaciones, por lo que solicitaba una indemnización de 1.140 millones de pesos. Sin embargo, la Justicia se acogió a la figura de la tutela y el daño moral.

Cabe destacar que si bien no hay información oficial, todo apunta a que desde la Asociación Nacional de Fútbol Profesional apelarán a este fallo.

LOS ANTECEDENTES 

El inicio de este proceso penal se remonta a una denuncia del árbitro chileno Francisco Gilabert. El juez fue señalado por cobrar un muy dudoso penal, a tal punto que se había iniciado una investigación interna. Sin embargo, el árbitro rompió el silencio y reveló que sintió haber recibido "presiones" desde Santiago para cobrarlo.

Luego de este escándalo, el directorio de la sede de Quilín se reunió con Castrilli, donde le comunicaron su remoción del cargo como presidente de la Comisión de Árbitros. Esta determinación no está vinculada con los reclamos del sindicato de árbitros, quienes también pedían su destitución por las malas condiciones laborales.  Algunas semanas más tarde, Gilabert confesó que su denuncia era falsa y formaba parte de un plan para dañar la imagen de Castrilli. 

Ante esta situación, Javier Castrilli demandó a la ANFP por U$S 1 millón alegando despido injustificado

Es preciso recordar que existía un enorme conflicto entre Javier Castrilli y los árbitros en ChileEl ex juez internacional, mientras estuvo en funciones, despidió a 11 profesionales por amenazar con ir a un paro gremial. En el fútbol chileno señalaban a Castrilli de haber llevado adelante una promoción apresurada de árbitros jóvenes.