Luego del escándalo que se generó por la salida de la ANFP de Javier Castrilli, vino el contragolpe del excolegiado argentino. Durante la jornada de este viernes, llegó la notificación de la demanda que puso el exjefe de la comisión arbitral chilena por despido injustificado y perjuicio contra su persona.

La acción judicial, que fue presentada la semana pasada, aún no fija la fecha para las audiencias en que ambas partes deberán poner sus argumentos sobre la mesa, pero sí develó que el argentino demanda por un millón de dólares.

El último caso que detonó en la expulsión de Castrilli se dio en un partido entre Huachipato y Copiapó, donde el árbitro del partido fue Francisco Gilabert. El juez fue señalado por cobrar un muy dudoso penal, a tal punto que se había iniciado una investigación interna. Sin embargo, el árbitro rompió el silencio y reveló que sintió haber recibido "presiones" desde Santiago para cobrarlo.

Luego de este escándalo, el directorio de la sede de Quilín se reunió con Castrilli, donde le comunicaron su remoción del cargo como presidente de la Comisión de Árbitros. Esta determinación no está vinculada con los reclamos del sindicato de árbitros, quienes también pedían su destitución por las malas condiciones laborales. Junto a él, fueron despedidos Osvaldo Talamilla y Braulio Arenas, quienes eran los elegidos por el Sindicato para negociar el acuerdo con los jueces. 

El gremio arbitral tiene varias demandas. En primer lugar, reclaman la falta de participación de los árbitros de más experiencia, como los casos de Tobar y Bascuñán. En cuanto a lo sindical, reclaman despidos injustificados, inexistencia de contratos laborales, irregularidades en el fútbol formativo y denostación hacia las árbitras. Los referís del país trasandino realizaron ayer a última hora una reunión formal donde votaron para ir al paro formalmente. 102 votos a favor, 56 abstenciones y ninguno en contra fue el resultado final. Esto pone en jaque la próxima fecha del fútbol chileno. Castrilli, en el centro de la escena.