(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) No sólo Boca vuelve al Monumental después de lo que pasó en Madrid y el 24 de noviembre en las inmediaciones del estadio. También es una nueva oportunidad para que la Seguridad pueda garantizar que un Superclásico puede desarrollarse en paz y normalidad en la Ciudad de Buenos Aires. Además, será un ensayo, porque en octubre habrá otros dos choques de alto voltaje.

La premisa es clara: no puede volver a fallar de la manera en que falló el Operativo de Seguridad del pasado 24 de noviembre. Más allá de la agresión artera de los hinchas de River al micro de Boca, lo cierto es que el caldo de cultivo ideal para que eso suceda nació en la feroz interna de Seguridad entre los subordinados de Martín Ocampo y los de Patricia Bullrich. Lo sucedido fue tan terrible que Ocampo, compadre de Daniel Angelici, presidente de Boca, debió renunciar el lunes 26 de noviembre. 

En aquel momento, el Operativo se armó con tres anillos de Seguridad o barricadas. Uno más periférico estaba a cargo de las fuerzas Federales (Gendarmería, Prefectura y Gendarmería) a cargo de la ministra Patricia Bullrich. Un segundo anillo con cadetes la policía y un tercer y último control con personal de UTEDYC que pedía los tickets, policía de la Ciudad y miembros de Tribuna Segura. Para este Superclásico, el sucesor de Ocampo, Diego Santilli y hermano de Darío, dirigente actual de River, decidió "cortar " a las Fuerzas Federales y dejar el operativo en manos de la Policía de la Ciudad, en exclusividad. 

En aquel momento, desde el entorno de Ocampo y Larreta, apuntaron a las fuerzas federales que no estaban presentes en la esquina de Quintero y Libertador, dónde ocurrió la lluvia de piedras, como corolario a un trayecto de 800 metros que realizó el micro Xeneize librado a su suerte, con apenas una hilera de motos policiales como única custodia, que iban arrojando gases a su paso para dispersar a los hinchas del "Millonario". Seis motos policiales fueron la única "protección" del transporte del plantel que en ese entonces comandaba Guillermo Barros Schelotto. "Doble Amarilla" publicó, en exclusiva, por aquellos días ese video. 

Del lado de la Ministra Bullrich, se argumentó que la gente de Ocampo cambió el recorrido del micro por la mañana y no lo comunicó correctamente al resto del operativo. Es más, se resaltó que desde el GCBA omitieron los consejos brindados por Nación y optaron por otra ruta para el micro que salió desde Puerto Madero rumbo al estadio Monumental. 

Lo que ocurrió luego de la doble suspensión fue dardos cruzados entre funcionarios de ambos espectros, tal y como relató con precisión "Doble Amarilla" en un artículo fechado el 25 de noviembre, 24 horas después de la primera suspensión.

Al poco tiempo, Diego Santilli, vicejefe de Gobierno Porteño, asumió su rol como nuevo Ministro de Seguridad del GCBA. Desde ese día, cambiaron los operativos de ingreso a la cancha de River: el micro visitante entra aisladísimo de la gente local y hay, sobre Libertador, vallas de contención y desvío de los hinchas a hacer la cola para ingresar sobre la vereda. Ya no hay aglomeración de gente en la esquina de la agresión.

Nunca los dirigentes de River dejaron de sospechar de la relación cercana de Ocampo con Angelici y siempre les pareció inverosímil que, justo para este partido, con el caldo de cultivo que se había generado desde los medios y en todos lados, se haya decidido desproteger al plantel de Boca. 

Ahora, en ocasión de un nuevo Superclásico, el GCBA decidió dejar afuera a las Fuerzas Federales, bajo el control de Bullrich y la órbita de la Casa Rosada. En una orden de Santilli y Marcelo D'Alessandro se resolvió que el próximo domingo no "jueguen" Gendarmería y Prefectura. Lo que muestra que la grieta entre ambos sigue abierta. Sí habrá presencia de la Nación en los controles de "Tribuna Segura".

Este viernes se informaron los detalles del operativo. Para empezar, el traslado del plantel de Boca Juniors estará a cargo de la Policía de la Ciudad, cuyo micro fue reforzado con vidrios antivandálicos. Para este partido, Boca no estará alojado en Puerto Madero, si no que saldrá desde el "Holiday Inn" de Ezeiza. El Operativo comenzará a las 9 de la mañana, cuatro horas antes que se abran las puertas del Estadio, ya que a las 14 está previsto el ingreso del partido de la División Reserva.  

En el punteo del Operativo resalta con marcador flúo que se realizarán "desvíos de tránsito momentáneos para agilizar la llegada del micro de Boca" y hacer un ingreso ordenado al estadio. 

Además, para el duelo del próximo domingo, la Policía de la Ciudad pondrá en juego el "Sistema Aerostático de Vigilancia" (ver foto), que se trata de un mecanismo de visualización montado en un globo aerostático, que cuenta con cámaras tanto para el uso diurno como nocturno, que transmite en tiempo real y cuenta con un generador propio de energía. 

Este sistema tiene la capacidad de elevarse 300 metros y cuenta con un ángulo de visión de 360 grados que permite identificar y seguir objetos en distancias mayores a dos kilómetros y de reconocimiento de hasta cuatro kilómetros. Así, apuntan a controlar el ingreso del público y también la circulación de personas en los estacionamientos, ya que el operativo también apunta contra la presencia de "Trapitos, reventa, indumentaria apócrifa e incluso las célebres "parrillitas".

Además, advierten que, en todos los accesos, se harán los controles del sistema  “Tribuna Segura” por lo cual es indispensable que todos los espectadores lleven el DNI. Se instalará también un Centro de Monitoreo Móvil para el seguimiento de las imágenes, ubicado en las inmediaciones del estadio.

Las internas en Seguridad siguen abiertas. Prescindir de otras fuerzas federales muestra, a priori, una admisión por parte de D'Alessandro de su incapacidad para coordinar diferentes fuerzas. Este clásico será una muestra de los de Libertadores, que están considerados internamente como de mayor riesgo. Con el agravante, que la vuelta será en la misma semana de las elecciones nacionales, todo un desafío para la policía de la Ciudad.