(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Boca sufre de estrés postraumático. Y el doctor Gustavo Alfaro está buscando qué remedio le puede aplicar la paciente para sacar la cabeza de lo que ocurrió el 9 de diciembre de 2018. Con el claro objetivo primordial de ir por ‘La Séptima’ Copa Libertadores de su historia, la Superliga aparece en este camino ‘xeneize’, un torneo que en los últimos años con tantos festejos internacionales de la vereda de enfrente fue un pequeño bálsamo de alegrías.

El exódo post final perdida sumó dos nuevos integrantes con la salida de Nahitán Nández y de Darío Benedetto, dos piezas claves del elenco de Guillermo Barros Schelotto que llegó a la final de la Copa en 2018 y que fue bicampeón de la Superliga. Así, de los 11 titulares que salieron a jugar frente a River en el Santiago Bernabéu, sólo quedan 5 en el club: Esteban Andrada, Julio Buffarini, Carlos Izquierdoz, Sebastián Villa y Cristián Pavón, que podría emigrar. Boca cambió, con la salida del uruguayo, completo el medio de esa final: Barrios, Pérez y Nández, afuera. Es tiempo de dar vuelta la página.

¿Cómo calificar el mercado de Boca? ¿Tiene Alfaro los intérpretes necesarios para desarrollar su idea de juego? No queda claro, pero sumó a Alexis Mac Allister, un jugador que puede ser generador de juego y que tiene gol, como Bebelo. Sumó a Jan Hurtado, joven delantero que puede aportar variante, más ahora que sin Benedetto o Wanchope o Zárate serán parte del elenco estable del equipo y trajo a Eduardo Salvio, de roce y recorrido para la mitad de la cancha.

Pero sin dudas el golpe de efecto fue el que logró con el desembarco del italiano Daniele de Rossi.  El ex campeón del mundo, más allá de la vidriera marketinera al mundo, si se adapta rápido le aportará a Boca garra y empuje, dos cualidades muy apreciadas en Brandsen 805.

Además de Nández y Benedetto, en dos transacciones que superan los €16 millones, el plantel de Boca tuvo otras ocho partidas: Franco Cristaldo (Central Córdoba de Santiago del Estero), Nazareno Solís (Aldosivi), Agustín Rossi (Lanús), Gonzalo Maroni (Sampdoria), Julián Chicco (Patronato), Agustín Heredia (Cerro Largo de Uruguay), Nicolás Colazo (Rosario Central) Alexis Messidoro (Cerro Largo de Uruguay).

Pero más allá de cambiar figuritas y seguir "limpiando" el plantel, ¿A qué juega Boca? Esa será la respuesta que tendrá que dar Alfaro y su gran misión. Darle a Boca una identidad. Conseguir, de las buenas individualidades que tiene, armar un equipo. Que no sea TevezZarateAbila juntos, apelotonados, sin ningún sentido. Darle a Boca un rasgo. Esa es la principal tarea del DT. Sí consigue llevarla adelante, tiene material como para ilusionarse y pelear todo. 

Al igual que River, la continuidad en la Copa Libertadores marcará su termómetro en la Superliga porque luego del triunfo por 1-0 en Curitiba ante Athletico Paranaense, los cuartos de final de la Libertadores parecen estar más cerca… y además la intención de Alfaro será tampoco descuidar del todo la Copa Argentina. Plantel hay, y de sobra.

En el medio de todo eso, Alfaro también deberá surfear las aguas políticas que se irán agitando más y más. Hay elecciones en el club a fin de año y Daniel Angelici se irá de su lugar. La sucesión está abierta y el fuego amigo está a la orden del día. Convertir al plantel en impermeable a esas cuestiones también será labor del DT y su cuerpo técnico. El éxito que tenga Alfaro en estas cuestiones, se traducirá en el éxito deportivo que tenga el equipo. Y el DT es el primero que lo sabe.