El Mundial de Qatar 2022 está dando que hablar por varios factores, pero también por la emoción y la pasión con la que se vive este torneo y que pone de manifiesto (cómo si hiciera falta) que el fútbol es el deporte más popular del planeta.

En el estadio, ya una vez finalizado el encuentro en el que Corea del Sur venció con autoridad a Portugal por 2 a 1 (luego de arrancar perdiendo casi desde el inicio mismo de la competición), tanto los jugadores como el cuerpo técnico y los hinchas del país asiático debieron vivir 20 minutos a suma tensión y emoción.

La victoria surcoreana ponía como segundo en el Grupo al conjunto de Asia, pero un gol de Uruguay (que estaba venciendo por 2 a 0 a Ghana) los dejaba afuera. Las imágenes era conmovedoras: desde la totalidad de los sectores del estadio, todos expectantes a una pantalla que los conecte con el encuentro en el que la “Celeste” no debía marcar para asegurar la clasificación de los asiáticos.

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Mientras el plantel estaba en una “ronda” en el campo de juego, alrededor de un celular que reproducía lo que pasaba en el Education City, el entrenador del conjunto surcoreano se encontraba en las inmediaciones del vestuario aguardando novedades.

El partido entre uruguayos y ghaneses, para colmo de males, entró en zona del “como sea” y se convirtió en un cotejo apasionante donde el gol estaba al caer. Ya sea el de los africanos, que gritarían en Corea del Sur, o el de la “Celeste” para clasificar. Pero los minutos se consumieron, los surcoreanos pudieron desatar toda su alegría dentro y fuera del campo de juego.

Con el encuentro entre Uruguay y Ghana por fin concluido fue el momento de la merecida celebración y descarga para todos. Es probable que enfrenten a Brasil en la instancia del “mata-mata”, pero a ellos poco les importa. Están viviendo su Mundial y lo disfrutan con la misma intensidad con la que su equipo se brindó en el campo de juego 

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