El Al Thumama repleto fue testigo de una clase magistral de fútbol de España. Desde el inicio los de Luis Enrique recogieron el guante del protagonismo y asumieron la responsabilidad de manejar la pelota y los tiempos ante una Costa Rica que por momentos, se vio obligado a plantar línea de cinco defensores ante el embate español.

Dani Olmo fue siempre la referencia de ares aunque nunca estuvo estático y siempre poco en diagonales, algo que fue un problema sin resolver para los centroamericanos. A los 21 minutos después, Marco Asensio definió sólo un centro atrás desde la izquierda de Jordi Alba, que siempre fue un cuarto punta como nos tiene acostumbrados, ante una floja reacción de Navas para marcar el 2-0 a favor del equipo de Luis Enrique y ya todo era del equipo rojo. 

Pasaron sólo otros 10 minutos para que Ferrán Torres cambie el penal por gol y España pase a ganar 3-0, jugando al ritmo de Busquets y Pedri, los dueños de la pelota en el Al Thumama. El segundo tiempo fue un calco de la primera mitad, con ambos volantes manejando el juego y con Jordi Alba siendo incisivo por la banda izquierda.

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Siete minutos del complemento bastaron para que llegue el 4-0 y el doblete de Olmo (tercero de esta copa del mundo luego de Saka y Giroud) tras una pared por derecha y una floja respuesta de Navas y la defensa Boricua. Azpillicueta a esta altura se mostraba igual de activo que Jordi Alba y España era un equipo ancho, que lastimaba por todos lados y tenía una rotación en el mediocampo que era feroz.

Costa Rica ya no presionaba y Busquets era el encargado de distribuir la pelota y aplacar el ritmo del juego, acalorando cuando consideraba que el equipo debía hacerlo. El ingreso de Morata y Nico Williams en ataque no modificó la forma de jugar de España, que cuando aceleró en el segundo tiempo, encontró el quinto con una definición de pie externo de Gavi para un cuadrito. 

Pedri y Gavi, los internos, son dos volantes de equilibrio que eligen pisar mucho el área y que encuentran espacios que muchas veces le ceden los delanteros (Olmo o Morata en su defecto) cuando pican en diagonal para abrir callejones por el centro, algo que España ha hecho y muy bien durante todo el juego, para facilitar los pases filtrados a espalda de la última línea de Costa Rica. 

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Dos jugadas colectivas más, con una Costa Rica completamente inofensiva, le dieron los siete goles totales a una España que a esa altura ya demostraba ser de lo mejor de esta primera fecha del torneo.

Es tan completamente cierto que el rival ayudó como que España tiene movimientos tácticos muy aceitados y una jerarquía individual que lo transforma en candidato. Sólo resta saber si podrá desarrollar su juego ante otro tipo de contrincante.