(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) En la cancha hizo lo que tenía que hacer: líder futbolístico, autor de un hattrick y abanderado del equipo. Una vez terminado el match, tras festejar con sus compañeros y esquivar a los micrófonos, Messi se fue al vestuario, y camino al camarín, se abrazó con Tapia, el presidente de AFA, en un abrazo que significó mucho más que un simple festejo por un resultado deportivo.  

Tapia sabía que se jugaba mucho en este partido, quizás su sillón en Viamonte. La grieta con Angelici está muy abierta, quizás por eso llamó más la atención la gambeta del mejor del mundo el presidnete xeneize tras saludar a Chiqui.