(Desde RUSIA) Risas, mucho cántico y un grupo más unido que nunca. Un contraste total del silencio rotundo que significó la vuelta de Nizhny Novgorod donde no volaba una mosca. Argentina está en octavos de final y el avión desde San Petersburgo fue una verdadera fiesta, el equipo lo sabe: esto fue un punto de inflexión.

Esta confianza que generó el triunfo con goles de Lionel Messi y Marcos Rojo no solo se generó desde lo anímico, sino también desde los futbolístico. En el plantel destacan primer tiempo se jugó bien, pese a los nervios, y en el segundo se vio un equipo que intentó buscarlo siempre a pesar del golpe del significó el gol tempranero.

La delegación llegó a las 3 de la mañana a su búnker de Bronnitsy y la jornada se estiró alrededor de las 4.30/5 de la mañana. Hubo una cena con festejos donde al grupo se lo vio muy unido y luego se retiraron a descansar. 

El semblante es muy bueno. Y creen que de la manera que se dio la victoria dio un espaldarazo fuerte para lo que viene ahora. Esta es la etapa que tenía el plantel en la cabeza.

Uno de los más se sintió reconfortado y motivado por el respaldo de la gente fue Gonzalo Higuaín.