(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Tarde de domingo. Fría. Nublada. Con gritos de aliento y los ojos del mundo en un punto de Argentina como posiblemente nunca haya pasado en toda la historia.

El 25 de junio de 1978 se jugó la final del Mundial de ese año, en la cancha de River. De un lado el local. Del otro la mejor selección de Europa. Fue para los argentinos.

Argentina formó con: Fillol; Olguín, Galván, Passarella, Tarantini; Ardiles, Gallego, Kempes; Bertoni, Luque y Ortiz. Luego, entraron Houseman por Ortiz y Larrosa por Ardiles.

Con Kempes como abanderado, marcando dos goles en la final y consagrándose como campeón pero también como goleador. Marcó el primero (en el primer tiempo del partido) y el segundo (en el primer tiempo del suplementario). Había empatado Nanninga. Hubo un tiro en el palo de Rensenbrik, cuando el partido se moría y que de terminar en gol hubiera decretado otro final. El tercero fue de Bertoni. Fue 3-1. Fue la gloria por primera vez. Ojala en pocas semanas tengamos la tercera alegría.