El mánager de Racing, Rubén "Mago" Capria, se reunió con el entrenador Juan Antonio Pizzi, luego de lo que fue la dura derrota ante River, por la final de la Supercopa Argentina. Hubo autocrítica y la intención es dar vuelta la situación. Los dirigentes son menos optimistas al respecto.

Según pudo confirmar Doble Amarilla, el entrenador no va a forzar ninguna situación. En caso de que las autoridades del club consideren que debe cortarse el ciclo rápidamente, no tiene problema en hacerlo.

No obstante, pese a su postura, Pizzi considera que tiene la fuerza y la capacidad para revertir la situación creada en sus primeros cuatro partidos. Ayer, tras la caída frente a los de Marcelo Gallardo, se lo manifestó al plantel en el vestuario. Aunque entiende que la derrota es dolorosa y que el equipo no procesó la idea (diferente a la de Sebastián Beccacece), entiende que hay futbolistas nuevos y jóvenes que tienen que insertarse al equipo y pueden cambiar el panorama, como Maximiliano Lovera, Tomás Chancalay y Aníbal Moreno.

La intención de Capria no es promover la renuncia de Pizzi. Eso sí, lo que no quiere es que en tan poco tiempo esté cabizbajo y mostrando síntomas de "debilidad". Lo que busca es que ratifique su convencimiento en el proyecto para continuar.

Paralelamente, varios dirigentes mantuvieron conversaciones y tienen una postura menos feliz para el entrenador racinguista. De allí sacaron dos conclusiones, según pudo averiguar Doble Amarilla. La intención es no pedirle la renuncia inminente, pero si el lunes hay un resultado negativo frente a Rosario Central, esa postura se podría precipitar.

De hecho ya existieron versiones de que la dirigencia apunta a un reemplazante para que se haga cargo de este momento muy flojo en lo deportivo. Incluso uno de los señalados es un entrenador que ya tuvo paso por el club. Sin embargo, formalmente fue desmentido.