Racing atraviesa un momento difícil. Pese a que recién inicia el ciclo del actual entrenador Juan Antonio Pizzi, la contundente goleada propinada por River en la Supercopa Argentina (0-5) obliga a mirar puertas adentro y a hacer repreguntas. Más allá del entrenador, los señalamientos también se dirigen a parte de la comisión directiva.

Desde la salida de Diego Milito de la secretaría técnica y con la renovación de mandato de Victor Blanco, hubo cambios en el fútbol. Llegaron el Mago Capria y Pizzi, pero fundamentalmente hubo cambios en los dirigentes que tienen la manija del fútbol.

Hoy uno de los principales apuntados es Miguel Jiménez, ex vicepresidente 1° y actual vicepresidente 2° de la institución de Avellaneda. Aunque quien debería manejar el fútbol es Alfredo Chiodini, vice 1°, algunas de las decisiones más fuertes que se han tomado en el último tiempo tuvieron el rótulo de Jiménez. De hecho, el manager Rubén Capria y el entrenador llegaron por su impulso.

"Chiodini era el designado para el fútbol, pero en la actualidad es Jiménez el que tiene el control de esa área", relatan desde el club. Lo curioso es que cuando se conformaron las listas para las elecciones de diciembre del año pasado, Jiménez estuvo a punto de quedarse afuera. 

En paralelo, el protagonismo de Jiménez coincide con un Blanco algo más apagado en cuestiones ligadas al fútbol. Durante el último verano, no estuvo tan activo en la resolución de problemas relacionados con la pelota. En los pasillos de Racing se viene hablando desde hace varios días que Jiménez tiene poco diálogo con otro hombre clave para Blanco: el secretario general, Christian Devia.

Frente a ese panorama, y en un breve ciclo que sumó dos derrotas (Banfield y River) y dos empates (Aldosivi y Estudiantes), en la Academia se preguntan si el panorama actual puede afectar la situación de Blanco en el corto plazo. Más con el nombre en las sombras de Diego Milito, cuya salida del club hizo tambalear la estabilidad lograda en el fútbol en la segunda parte de la década pasada. Todo ello sin mencionar que Racing perdió un referente insustituible como Lisandro López.

Hace algunos días, Doble Amarilla adelantó que existían las primeras fisuras entre el plantel de Racing y el cuerpo técnico encabezado por Pizzi. Diversas fuentes le manifestaron a este portal que había preocupación por la forma de trabajar en lo físico y lo táctico, sumado a otras decisiones futbolísticas. Recientemente, a muy poco para la Supercopa Argentina, Iván Pillud había adelantado que "hoy no estamos para competir con River". La derrota llegó como confirmación del vaticinio.

Pizzi, tras el 0-5, dejó claro en conferencia de prensa que tendrá que trabajar mucho de cara a lo que viene para salir adelante. Y cada partido, claro está, será una prueba de fuego.