La "era Moyano" en el fútbol argentino parece haber llegado a su fin y de la peor manera posible. Los clubes que estaban bajo la órbita de los líderes sindicales, deberán volver a empezar deportiva e institucionalmente tras la mala gestión de la familia camionera. 

El 6 de Julio de 2014, Hugo Moyano era electo como presidente de Independiente. Sus primeras palabras con el hecho consumado fueron: “No vamos a defraudar a la institución ni a los socios”. Pues, en varios puntos, mintió. O al menos, eso queda evidencia en los últimos años. 

El líder sindical llegaba como "salvavidas" en el medio del mar al ‘Rojo’ que recién regresaba a la Primera División tras una fatídica temporada en la B Nacional, pero no era la primera experiencia al frente de un club: Desde el año 2009 comandaban el club que ellos mismos fundaron, el Club Atlético Social y Deportivo Camioneros que mientras Independiente volvía a la A. El verde subía al extinguido Torneo Federal B.

Algunos días más tarde, Moyano y compañía anunciaban al laureado Jorge Almirón como nuevo entrenador tras la renuncia de Omar De Felippe, el DT que devolvió al ‘Rojo’ a Primera. Fueron 35 partidos, ganó 14, empató 11 y perdió 10 (50,4 % de eficacia) se fue después de perder el clásico.

En busca de un entrenador que tuviera un proyecto europeo, se dio la llegada de Mauricio Pellegrino. Hubo puntos positivos, pero todo se apagó en poco tiempo. Atento a un porcentaje de críticas que comenzaban a escucharse sobre todo en el estadio y en las redes sociales, el “moyanismo” fue por Milito, uno de los emblemas más reconocidos por los hinchas, sobre todo para las nuevas generaciones que no pudieron ver la etapa de oro de Independiente. Duró solo siete meses. “No fue un paso más, pero no fui capaz de conseguir lo que pretendía”, decía el hoy DT de Argentinos Juniors.

Los Moyano expulsados del fútbol: crónica de un final previsible

Luego de la salida de un histórico, Moyano tomó la decisión más acertada de sus ocho años de mandato al contratar a Ariel Holan para reemplazarlo. Era diciembre de 2016 y empezaba a nacer un equipo campeón. El Independiente de "profesor" alcanzó niveles de excelencia en cuanto a juego y se quedó con la Copa Sudamericana en diciembre de 2017 tras superar nada menos que a Flamengo en la final y en el Maracaná

Mientras tanto, en Esteban Echeverría, también se gestaba otra gran alegría para la familia Moyano: Camioneros conseguía el ascenso al Torneo Federal A, el 20 de Diciembre de 2017, con ambos presentes en la cancha y dando la vuelta olímpica junto al plantel.

Pocos días después, se hicieron las elecciones en el "Rojo" y Hugo se impuso con el 89 por ciento de los votos de los socios, una cifra impresionante. Comenzaba entonces su segundo mandato y comenzaba, también, el principio del final. Lo que antes eran diferencias, ahora son cruces fuertes dentro de la Comisión. Aparecen renuncias, críticas públicas y el poder, de manera definitiva, se concentra en tres personas: Hugo Moyano, Pablo Moyano y el secretario general, Héctor “Yoyo” Maldonado.

En busca de la octava Copa Libertadores, se pagaron contratos astronómicos, la mayoría de los pedidos de Holan fueron cumplidos y el resultado fue malo. El plantel se apagó y la oportunidad de equilibrar las finanzas quedó de lado. Sin jugadores ni dinero, el Rojo había caído en otro pozo.

Desde mediados de 2019 hasta hoy Independiente tuvo -sin contar interinatos- cinco ciclos de entrenadores, un número caótico y un síntoma del círculo negativo en el que se sumergió. Paradójicamente Camioneros también comenzó un espiral descendente a nivel deportivo e institucional acumulando malos resultados y malas campañas.

Los Moyano expulsados del fútbol: crónica de un final previsible

Tal era el descalabro en las cuentas de Independiente, que el club vendió a Alan Velasco para cancelar deudas mientras seguía recibiendo duros golpes para sus finanzas. Un ejemplo es el caso de Gonzalo Verón, quién le inició un juicio laboral al "Rojo" y el fallo del Tribunal Nº2 de Avellaneda estuvo a su favor. La resolución "condenó" al embargo de los ingresos de los derechos audiovisuales al 'Rojo' por 18 meses. El futbolista inició el proceso judicial a mediados de 2020 por U$S 6,2 millones por incumplimiento de salario.

Si lo económico estaba mal, lo institucional empezó a irse por la banquina. Las elecciones en Independiente tendrían que haberse celebrado en diciembre de 2021 del año pasado, pero fueron suspendidas. Los socios estallaron ante la imposibilidad de ir a las urnas para definir el futuro del club para los próximos años. Partido tras partido, de local o de visitante, la reprobación hacia los Moyano se hacía sentir. Sólo la "barrabrava" oficial, defendía al clan dentro del Libertadores de América que se convertía en una caldera de insultos ante el mal presente económico, institucional y deportivoEsa decisión incentivada por el oficialismo de aplazar las elecciones, le costó muy caro a Moyano. Fue la daga para su ciclo.

Las críticas se multiplicaron y tuvieron su gran estallido la noche del 22 de julio de este año, cuando cientos de hinchas se movilizaron a la sede para exigir elecciones. Balas de goma, piedras y corridas se registraron en Avellaneda, mientras los dirigentes debatían en asamblea. Moyano decidió esa noche que todo había terminado.

El final se veía venir. El pasado 2 de octubre y luego de un extenso, judicializado y problemático proceso electoral, los socios de Independiente pudieron ir a las urnas y castigaron la mala gestión de Hugo Moyano al frente del 'Rojo' votando a la lista opositora encabezada por Fabián Doman, Néstor Grindetti y Juan Marconi. Para dar magnitud del rechazo hacia el moyanismo dentro del club de Avellaneda, cabe destacar que la lista oficialista que tuvo a Javier Mazza como candidato a presidente finalizó en la tercera posición con poco más de 2000 votos. 

Para colmo, menos de diez después, Camioneros sella su descenso al Torneo Regional Amateur tras una campaña olvidable con un plantel compuesto en su mayoría jóvenes del club y sin la posibilidad económica de reforzarse adecuadamente, donde sólo cosechó siete triunfos en 31 partidos y cambió tres veces de director técnico. 

Desde 2009 con la fundación de Camioneros al 2022 con la salida de Independiente. La vida y obra de Hugo y Pablo dentro del fútbol parece haber llegado a su fin. Con momentos de éxito, pero un final de terror.