(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Un conflicto de tipo comercial que involucra a futbolistas y a la Federación pone en jaque al fútbol en Dinamarca. Como consecuencia, los dos próximos partidos de la Selección Mayor (amistoso ante Eslovaquia y debut en la nueva Liga de Naciones frente a Gales) corren grave riesgo.

Resulta que el contrato económico firmado por la DBU (por sus siglas en inglés) y el sindicato de jugadores en 2015 caducó luego del final del Mundial de Rusia. Desde el verano pasado, ambas partes han negociado para llegar a un acuerdo, al que finalmente no arribaron antes de la fecha límite, que era el último viernes. Los puntos de discordia son dos, según informa 'IUSport': la forma de regular la participación de los jugadores en actos publicitarios de la Absoluta y los posibles conflictos con sus patrocinadores personales.

El último sábado, la Federación ofreció una suerte de convenio temporal. Desde el gremio de futbolistas propusieron prolongar el acuerdo anterior, lo cual fue interpretado como un ''no'' al ofrecimiento formal que acercaron desde la DBU.

''Los jugadores queríamos seguir negociando y fue la DBU la que no quiso. Quisimos prolongar el actual acuerdo y jugar en condiciones serias, pero volvió a decir que no. No se trata de dinero, sino de derechos'', fue la respuesta oficial que otorgó Christian Eriksen, figura del Tottenham y titular indiscutido de la Selección.

Como consecuencia del conflicto, por lo pronto, la Federación anuló la convocatoria para el amistoso del miércoles ante Eslovaquia y para el debut con Gales en la Liga de Naciones o UEFA Nations League, la nueva competición de selecciones de Europa. ¿El objetivo? Armar una nueva lista que esté compuesta por futbolistas que se desempeñen en competencias danesas.

Para evitar una posible sanción de organismos europeos, la DBU liberó a Age Hareide y Jon Dahl Tomasson, director técnico y ayudante respectivamente, de comandar el nuevo equipo que se quiere convocar.

Por el acuerdo mencionado, que se firmó en 2015, ya hubo un conflicto en el pasado por falta de interpretación. En aquel entonces, el Tribunal de Arbitraje terminó fallando a favor del sindicato y obligó a la federación a pagar 400 mil euros de multa.

En 2017, la DBU tuvo un conflicto muy similar con la selección femenina, que elevó quejas por cuestiones salariales. Las consecuencias también fueron parecidas: se suspendió un amistoso y no se presentaron a un partido de Eliminatorias contra Suecia, lo cual les valió una sanción por parte de UEFA. ¿Ocurrirá lo mismo en el equipo masculino?