(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Pese a lo señalado por Francia y la propia UEFA, ayer en el 1-1 entre los galos y Turquía, en París, no sólo que se repitió el saludo militar de Cenk Tosum, se amplió el gesto. Todo el seleccionado turco realizó el saludo militar en pleno Stade de France, lanzando un desafío al fútbol europeo.

El saludo responde, según lo que dicen los detractores, a un guiño a la intervención del gobierno de Erdogan en el Norte de Siria. Esos ataques fueron repudiados por varios países de la Unión Europea entre los que está Francia, rival de ayer de los turcos. Todo tiene que ver con todo, ¿no?.

Ahora, la UEFA tiene la pelota. Es que el organismo podría sancionar a los turcos, al considerar el festejo una manifestación política. Más aún, la sede de la final de la Champions League 2020 no es otra que Estambul, la capital de la Turquía europea, en el estadio Olímpico de Atatürk. ¿Se hará allí?

"Corriere Della Sera" admite que la sede puede llegar a correr peligro, aunque también indica que hay una probabilidad "insignificante" que eso suceda. Lo que sí pone sobre la mesa el medio deportivo italiano es el hondo malestar que generó en los países europeos el desafío lanzado por los internacionales turcos, más pensando en una Eurocopa que arrancará en pocos meses más.

En ese sentido, el diario remarca que "no será una represalia deportiva capaz de detener a Erdogan, el líder turco que ignoró otras presiones". Claro, la realización del partido único reporta entre €30 millones y €50 millones a la ciudad organizadora. Es un evento que vale €400 millones de facturación por todo concepto. Parece difícil moverlo o derribarlo, sin embargo, algunos en Europa lo piensan y ya presionan a la UEFA para que accione en tal sentido.

Las fotos con saludos militares, las celebraciones casi propagandísticas en pleno partidos de Eliminitorias de la Euro 2020 abre la puerta para una intervención de la UEFA. No debería extrañar a nadie.

Como la mayoría de movidas en esta época híper tecnologizada, empezó en las redes sociales. Poco después del desafío lanzado por la selección otomana, el hashtag #NoFinaleChampionsaIstanbul explotó. 

El ministro de Deportes italiano, Vincenzo Spadafora escribió al presidente de UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin, para ponerlo en alerta y pidiéndole que considere "si es apropiado" mantener a Estambul como sede de la final.

En su pedido, Spadafora menciona los "muy graves actos contra la población civil kurda". Spadafora -y varios actores políticos de Europa- presiona a la UEFA y le recuerda la condena de la UE a la intromisión turca que derrama sangre kurda en el norte de Siria. En ese sentido, llamó a "tomar la decisión más valiente y mostrar, una vez más, que el fútbol es un instrumento de paz". ¿Alcanzará para mudar el negocio multimillonario de una final de Champions League? La pelota, una vez más, a tiene la UEFA. Y también las presiones, claro.