El presidente de Rusia, Vladímir Putin, justificó que San Petersburgo se mantenga como una de las sedes de la Eurocopa pese al avance de la pandemia del coronavirus: "Ante todo estábamos obligados a cumplir los compromisos asumidos como Estado de organizar estos importantes eventos deportivos", afirmó durante el programa anual Línea Directa con los ciudadanos. En esa ciudad, jugarán Suiza-España, uno de los partidos de cuartos de final, el último de esta edición de la Euro en esa ciudad.

Desde mediados de junio, coincidiendo con el inicio de la Eurocopa en San Petersburgo, la ciudad está asediada por una tercera ola de covid-19, principalmente debido a la variante Delta del coronavirus. En total, en Rusia fueron detectados en la última jornada 21.042 nuevos casos de coronavirus, de los cuales, 1.503 fueron en San Petersburgo, un número similar al de la Ciudad de Buenos Aires en el peor momento de la segunda ola de coronavirus. 

En medio de fuertes críticas, el presidente ruso salió a defender la decisión de sostener a San Petesburgo como sede de uno de los juegos de 4tos. En la ciudad rusa, desde el comienzo del torneo, ya se jugaron 7 partidos, 6 por la zona de los grupos B y E y ahora, el juego de cuartos.

La preocupación empezó a ganar terreno, sobre todo en España. Ya que está el antecedente de los hinchas finlandeses que volvieron contagiados de los partidos que el elenco nórdico sostuvo en Rusia. Es más, el Instituto Finlandés de Salud y Bienestar (THL) advirtió de que estos datos son preliminares y la cifra real de contagios podría aumentar, por lo que pidió a los aficionados que se desplazaron a Rusia que eviten los contactos sociales y se hagan una segunda prueba PCR transcurridas 72 horas.

La zona de aficionados, donde los hinchas belgas, polacos, suecos y eslovacos se congregaron antes de los partidos de la primera fase tendrá abiertas sus puertas para recibir a españoles y suizos detrás de la extraordinaria Catedral de la Sangre Derramada, en esa ciudad. De todas maneras, como medida preventiva, se resolvió reducir el aforo del lugar a 3000 personas y no sirven comida.