(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Tokio superó la prueba de las urnas. El pasado 5 de julio, la ciudadania reeligió a Yuriko Koike como Gobernadora de Tokio y así acabó con la idea de Taro Yamamoto, uno de los 21 candidatos restantes a la gobernación, que proponía cancelar la cita olímpica.

Ahora, días después de la victoria de Koike, el comité organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020 aplazó la llamada tregua olímpica adoptada para la cita, que tiene fecha de inicio el 23 de julio del próximo año.

La Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) aprobó en diciembre de 2019 que la tregua se observara este año, pero accedió a posponer las fechas al período correspondiente de 2021. Así, se puso en paralelo con el retraso de los Juegos por la pandemia y le da un signo de continuidad. 

La tregua olimpica, llamada 'ekecheiria', es en la tradición griega el periodo en el que las guerras se suspendían temporalmente para que los atletas pudieran competir en los Juegos Olímpicos, comenzó en el siglo VIII antes de Cristo. En 1992, el Comité Olímpico Internacional rescató esa tradición y exhortó a todos los países a observar la tregua olímpica.

Este periodo abarcará ahora del 16 de julio de 2021, siete días antes de la ceremonia de apertura de los JJ.OO., prevista para el 23 de julio del próximo año, al 12 de septiembre, siete días después de la clausura de los Juegos Paralímpicos.

"Inspirados por la adopción de esta resolución actualizada, haremos todo lo posible por aprovechar la valiosa oportunidad que presentan los Juegos de Tokio 2020 para ayudar a construir un mundo pacífico y mejor a través del deporte", dijo el presidente del comité organizador de Tokio 2020, Yoshiro Mori, en un comunicado.

Mori también se refirió a las dificultades que han emergido por la pandemia de Covid-19 a nivel global y abogó por usar "el poder del deporte para unir a las personas de todo el mundo".

El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, también dio la bienvenida a la decisión, a la que calificó como "un gran signo de confianza en que estos Juegos Olímpicos serán la luz al final del túnel oscuro que está atravesando la humanidad"