(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Neptuno no abre sus puertas desde el 13 de marzo de 2019, cuando se consumó la crisis que se venía pateando desde 2002. 

Neptuno tuvo su época dorada en la década del 60, como cuna de grandes nadadores. Pero el club "quedó arrinconado, dejó de haber habitantes permanentes, perdió gente y comunicación. Los ómnibus cambiaron su recorrido", aseguró Arnaldo Gomensoro, profesor de Educación física a Referi.

Los socios, aún atónitos ante una realidad muy desfavorable, le comentaron al medio que coinciden en que los problemas financieros que afronta Neptuno se deben a la apuesta por el básquet profesional. Si bien por los años 80 tuvo jugadores de selección, la gestión encabezada por Alfonso Di Landro terminó de la peor manera en 2002. Antes del abrupto final, el club invirtió millones en el deporte pero no fue suficiente para llegar a campeonar. 

Ignacio Mouradian fue parte de la última comisión directiva, y aseguró que "en 1996 ya hubo una huelga grande de funcionarios, luego dejó de pagar el BPS (Banco de Previsión Social) que determinó el cese de algunos terrenos del club en Laguna del Sauce".

Ese plantel de básquet terminó con muchas deudas, que se sumaban al BPS, al Banco de Seguros del Estado, juicios laborales perdidos, y ni siquiera tenía la habilitación de bomberos.

En tanto, las deudas continuaron creciendo con el correr de los años y la directiva no encontraba soluciones. Mouradian explicó que faltó un proyecto por parte del club. "El club cierra por problemas internos, pero nos soltaron la mano desde la Secretaría Nacional del Deporte (SND), nos queda la duda de si la SND no quería que cayera para quedarse con el club sin pagarle a Neptuno", sostuvo.

Por el otro lado, Daniel Daners, gerente nacional del Deporte por la SND comentó su postura: "En el año 2012 o 2013 vino la directiva de ese momento y le proponíamos que la SND y la Fundación Deporte Uruguay tomaran el 70% de las instalaciones pero nunca tuvimos respuesta". Y, entonces, la SND, la intendencia, los socios y los acreedores serán los protagonistas de determinar cómo termina la historia.