Luis Rubiales está en el centro de la escena desde que el estupor y la indignación colectiva se apoderaron de lo que era una fiesta del fútbol español. Luego del escándalo por el polémico beso que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol le dio (sin su consentimiento) a la futbolista Jenni Hermoso, la máxima autoridad le comunicó a su equipo que renunciará al cargo que ocupaba desde 2018.

La posibilidad de que el mandamás dejara la presidencia de la RFEF comenzó a tomar forma, según informa la prensa local, cuando empezó a sentir la falta de apoyo de parte de sus pares tras la convocatoria de la Asamblea Extraordinaria prevista para este viernes

Las federaciones territoriales, uno de los núcleos de construcción de poder que siempre había tenido Rubiales, comenzaron a tomar en estudio una posible renuncia del presidente una vez que la Federación Vasca anunció públicamente que no acudiría al cónclave de este viernes. A lo que además hay que agregar la negativa de todos los clubes profesionales a asistir a la cumbre federativa. Señales inequívocas de que al presidente “le soltaron la mano”.

Corrían las primeras horas del domingo en esta parte del mundo, mientras en Sidney, Australia, la Selección española de Fútbol Femenino vencía con autoridad a Inglaterra por 1-0 y se consagraba campeón del mundo por primera vez en su historia. 

Sin embargo, la fiesta se vio opacada por el inaceptable comportamiento de nada más y nada menos que del Presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, que en pleno festejo se tomó los genitales en el palco presidencial y ante la vista de la Reina Letizia y una vez en el podio, besó intempestivamente a la goleadora de la Selección, Jenni Hermoso. 

Luego de que se viralizaran las imagenes de ambos actos, Rubiales quedó en el ojo de la tormenta, se transformó en una cuestión de Estado y su puesto como máxima autoridad del fútbol español quedó pendiendo de un hilo luego de una gestión repleta de escándalos. El dirigente intentó practicar unas disculpas, que se difundieron a través de redes sociales pero no obtuvo la respuesta que esperaba. 

Más allá de que el propio Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez repudiara las acciones de Rubiales, fue Megan Rapinoe, ex capitana de Estados Unidos, quién acusó a Rubiales de "agredir físicamente" a Jenni Hermoso y afirmó que el gesto del dirigente tras la final, agarrándose la entrepierna, demuestra "misoginia y sexismo". 

Por su parte, el partido socialista Sumar denunció a Rubiales por infracción grave ante el Consejo Superior de Deportes (CSD) y solicita la “renuncia” del dirigente por sus gestos “repugnantes”. Con el correr de las horas, los clubes comenzaron a pronunciarse en contra de Rubiales: Ángel Torres, presidente del Getafe, sentenció: «No puede estar un minuto más como presidente». 

Mientras las denuncias ante el CSD se seguían acumulando. el exárbitro Estrada Fernández denunció a Rubiales ante la RFEF por violencia sexual. Motril, la ciudad natal de Rubiales, discutirá si le retira la Medalla de Oro de la ciudad tras sentirse “avergonzados” por su comportamiento

Si bien, las denuncias se repiten una tras otra, hasta el miércoles por la tarde no se conoció la palabra de Jenni Hermoso, protagonista involutaria de toda esta historia. La máxima goleadora de la Selección de España brindó declaraciones a través de un comunicado difundido por Asociación de Futbolistas Profesionales (FUTPRO): Mi sindicato FUTPRO, en coordinación con mi agencia TMJ se están encargando de defender mis intereses y ser los interlocutores sobre este asunto".

Luego de expresar su más profundo repudio, FUTPRO sentencia: "Pedimos a la RFEF que implemente los protocolos necesarios, vele por los derechos de nuestras jugadoras y adopte medidas ejemplaresy sostiene: "Es esencial que la Selección esté representada por figuras que proyecten sus valores de igualdad y respeto". 

A la denuncia de FUTPRO, se le sumaron la de FIFPRO y la de La Liga F quienes denuncian a Rubiales ante el CSD y solicitan su inhabilitación: «Se trata de un bochorno internacional sin precedentes para la Marca España, para el deporte español y para el fútbol femenino mundial», sostuvieron desde la entidad. 

Una vez que Rubiales haga efectiva su renuncia, cerrará para siempre su ciclo en la Real Federación Española de Fútbol, ya que no podrá volver a presentarse como candidato a la presidencia de la entidad.