Después de las graves denuncias y polémicas en torno a Rusia 2018 y Qatar 2022, la FIFA dio un paso más hacia la transparencia al publicar las normas bajo las cuales se regirá desde ahora el proceso para organizar la Copa del Mundo, destacándose fundamentalmente que cada uno de los votos que se ejerzan durante el Congreso de 2018, con vistas en este caso al Mundial de 2026, dejarán de ser secretos.

A lo largo del procedimiento se darán a conocer todos los votos individuales. La decisión definitiva del órgano legislativo supremo de la FIFA será el resultado de un proceso abierto de votación. Además, el proceso de presentación de candidaturas se rige por unas normas de conducta notablemente más estrictas y, por primera vez, será observado por una empresa auditora independiente nombrada por la FIFA.

Entre las normas de conducta que deben cumplir las candidaturas, por un lado la conjunta entre México, Estados Unidos y Canadá, y por el otro la de Marruecos, están: 1) Obligación de aplicar siempre los principios éticos fundamentales, 2) Prohibición de dar o recibir regalos inapropiados; y 3) Prohibición para las federaciones miembro de colaborar de forma deshonesta o interferir en las actividades de otras federaciones, así como la obligación de presentar determinado tipo de propuestas para desarrollar el fútbol y organizar partidos amistosos.

Todos los puntos anteriores aplicarán también durante la fase de organización, y la FIFA se reserva el derecho a rescindir cualquier acuerdo si detecta una conducta contraria a los principios éticos.