El fútbol español de las categorías inferiores continúa en estado de shock una vez que la acción policial desarmó, después de un año de investigación y trabajo en silencio, lo que era un secreto a voces. En Segunda B y en Tercera División se arreglan partidos y se acuerdan pequeños acciones del juego para favorecer el mercado de las apuestas, donde las mafias chinas desembarcaron al amparo de un agujero en la legislación internacional.

Ayer se conocieron algunos detalles relacionados con la configuración de este clan que operaba en el fútbol. Los asiáticos exigían que al menos cinco jugadores por equipo pudieran ser corrompidos para comprar encuentros o modificar a su conveniencia los saques de esquina, los penales, las faltas o las tarjetas.

Aunque la investigación está bajo secreto de sumario, se pudo saber que dos exfutbolistas lideraban la red ilegal de apuestas gestionada desde China. Bajo su mando estaban el resto de implicados, la mayoría de ellos jugadores. Sin embargo, según apuntan varios medios de Madrid, la operación no solo implica a deportistas sino que uno de los arrestados por la policía es un árbitro, un hecho inaudito en España, ya que por primera vez se vincula a este estamento con un caso de corrupción deportiva.

Según informó el diario Marca, se detuvieron 32 implicados, de los cuales 24 prestaron declaración ante la Policía, mientras que los 12 restantes tendrán que pronunciarse ante el juez del caso. Según la misma fuene, los 12 detenidos declararán hoy ante el juez y los dos cerebros de la operación, entre los que se encuentra Jonan García, exjugador del Athletic entre 2003 y 2005, podrían ir a presión al considerar que formaron parte de una estructura de crimen organizado y por delito de mal menor.