El fútbol turco se vio envuelto en un escándalo durante la final de la Supercopa, cuando, a modo de protesta, el Fenerbahce se retiró del encuentro ante el Galatasaray y le cedió el campeonato. El argentino Mauro Icardi había sido el autor del gol de equipo campeón antes de que se suspendiera.

El delantero marcó el único tanto del encuentro, que duró un minuto más allá de su celebración ya que el rival, con un equipo juvenil sub 19, optó por retirarse de la cancha en un acto de protesta contra la Federación Turca de Fútbol (TFF).

El trasfondo de esta vergonzosa situación se remonta a las solicitudes previas de los ‘Canarios Amarillos’ a la TFF. El club había pedido el aplazamiento del partido para poder prepararse mejor para el choque de ida de los cuartos de final de la Conference League frente al Olympiacos. Sin embargo, sus requerimientos no fueron escuchados y se mantuvo la fecha original del encuentro. Además, el Fenerbahce había solicitado que el árbitro del partido fuese extranjero. 

Por si fuera poco, el club también instó a sus seguidores a no asistir al estadio, anticipando su decisión de retirarse una vez que el árbitro pitara el inicio del partido. Un partido que, cabe recordar, había sido reprogramado en el último momento debido a la negativa de las autoridades sauditas a permitir mensajes políticos en las camisetas de los jugadores.

A pesar del caos reinante, los jugadores del Galatasaray continuaron en la cancha, improvisando equipos y jugando unos minutos frente a un estadio prácticamente vacío, en una imagen lamentable para el fútbol turco.