El Tribunal Supremo español revisa la condena de 21 meses de cárcel contra Lionel Messi y su padre Jorge por haber defraudado en 4.160.000 euros al fisco español, informó un portavoz judicial a la agencia AFP.

La Sala Penal del Supremo, la máxima jurisdicción judicial del país, se reunió para analizar el recurso planteado por la defensa de la familia Messi contra la sentencia condenatoria formulada en julio de 2016 por la Audiencia de Barcelona.

El objetivo de sus abogados es conseguir la absolución de la Pulga que, durante su juicio, alegó estar centrado en jugar al fútbol e ignorar por completo cómo se gestionaba su fortuna y qué contratos firmaba.

Esta revisión se produce a sólo tres días del clásico entre el Real Madrid y el FC Barcelona en el Santiago Bernabéu, en que el equipo catalán se juega sus últimas opciones de ganar la Liga.

Por su parte, el fiscal solicitó que se confirme la pena que la Audiencia de Barcelona impuso al futbolista por fraude fiscal.

Ante esta situación, el Supremo debe decidir si confirma o no esas condenas o, en su caso, si varía o no las penas impuestas. La sentencia será notificada en los próximos días.

Uno de los factores que tiene en cuenta el Tribunal es la postura del fiscal, y éste considera que Messi "debe ser considerado responsable de los delitos fiscales por los que ha sido condenado porque no podía desconocer que debía declarar y pagar impuestos por las sumas que recibía" a cambio de explotación de sus derechos de imagen.

Además, el escrito que el fiscal presentó considera también que la condena a Messi se basa "en datos válidamente probados". Por su parte, la Audiencia de Barcelona recriminó a Messi que optara por una "ignorancia deliberada" sobre la gestión de sus ingresos.

Uno de los motivos alegados por la defensa de Messi se dirigía contra una frase, recogida en la sentencia de la Audiencia: "La impunidad en esos casos se dirige a la ciudadanía el mensaje de que es preferible inhibirse a preocuparse”.

Messi fue castigado por tres delitos de fraude a Hacienda cometidos entre 2007 y 2009. La pena es solo de un año y nueve meses de prisión porque el tribunal tuvo en cuenta el atenuante de reparación del daño, a pesar de lo cual impuso una multa de 2 millones de euros al futbolista y de 1.500.000 euros a su padre.