Hace un mes el Barcelona lograba una de esas proezas que agrandada más la leyenda. El 6 a 1 sobre los franceses del PSG daba la vuelta al mundo con el rótulo de hazaña histórica que ayudaba a agigantar la imagen de uno de los mejores equipos de la historia, sino el mejor. Pero...

El fútbol siempre brinda sorpresas. Y a la vuelta de la esquina, más precisamente en Turín, otro capítulo de la historia se escribió hoy. El contundente y hasta vistoso 3 a 0 que la Juventus le propinó al conjunto español obliga, al menos, a una pregunta: ¿Se acabó el ciclo glorioso del Barcelona?

La respuesta no puede ser categórica porque el equipo de Messi ya logró una hazaña histórica hace un mes y es capaz de lograr otra. Pero también es cierto que el Barca cada vez más seguido sufre estos tropezones. La firmeza de Mascherano ha entrado en puntos suspensivos, lo mismo que la seguridad de Piqué o el señorial estilo de Bouquet en el medio . Algunas pinceladas cada vez más espaciadas de Iniesta o los destellos aislados  de Messi y Neymar no alcanzan ya para maquillar el desgaste de un equipo que hizo de la rotación geométrica y del toque de primera su gran bandera. Si hasta el mismo Luis Enrique intuyó que estos son los arrestos finales de un grupo sensacional y preparó su huída antes de que alguien le señale la puerta de salida. Y ya anunció que se va en junio.

Todavía queda la revancha en Barcelona. Y capaz que otro milagro puede darse.  Pero que el árbol no tape al bosque: este Barcelona fue tan grande que ningún equipo pudo con su nivel. El  verdadero verdugo de este ciclo es el mismísimo tiempo. Ni la versatilidad de Higuain ni la explosión de Dybala. No. El reloj y el calendario son los mayores enemigos de un conjunto que, aunque se resista a abdicar la corona, lentamente se va entregando a la realidad del envejecimiento.