No sólo la Copa América genera polémica y resquemor, también la Eurocopa tiene lo suyo. La aparición de cuatro casos de coronavirus en las últimas horas generaron honda preocupación y aumentaron las críticas sobre la UEFA.

Sergio Busquets, de España, fue el primer jugador en dar positivo en coronavirus en lo que es la previa del torneo y, en las últimas horas, España también confirmó el positivo del central Diego Llorente. "El defensa central Diego Llorente ha resultado positivo en los últimos test PCR realizados esta mañana en la concentración de la Selección nacional en Las Rozas. El futbolista abandonará esta noche la concentración de la selección nacional”, comentaba la Real Federación Española de Fútbol sobre el segundo caso de coronavirus en su concentración del norte de Madrid.

Pero España no es la única burbuja que se fisuró o se rompió, también la de la Selección de Suecia. Esa Selección ha comunicado los casos de Dejan Kulusevski y Mattias Svanberg, quiénes han tenido que abandonar la convocatoria de los nórdicos a solo 6 días de su debut justamente contra España. Ambas selecciones seguirán realizando PCR para evitar una mayor propagación del virus, aunque también se maneja el escenario de vacunar a los jugadores de La Roja antes del debut. 

¿Qué dice la UEFA ante estos casos? La norma madre es que se necesitan 13 jugadores negativos para disputar un encuentro y si no se tienen, el partido puede ser aplazado hasta dos días. Si todo eso no alcanza para reunir los 13 jugadores, ese equipo perderá 0-3 por el denominado "walkover". Además, el organismo permitirá a las Selecciones que se convoquen nuevos futbolistas a falta de 48 horas para su debut en la Euro. España, por caso, convocó a cuatro nuevos jugadores de LaLiga, como Brais Méndez o Raúl Albiol. Tras el primer encuentro, no se podrá cambiar la lista definitiva.

Por lo pronto, la ruptura de dos de las burbujas de la Euro han generado un sinfín de criticas hacía UEFA. ¿El motivo? La intención y decisión de, pese a la pandemia, continuar con la organización del torneo en 12 sedes distintas, en lugar de repetir la experiencia de Lisboa, en la que recurrió a una burbuja para poder terminar la Champions League del 2020 en tiempo y forma. El principal apuntado es el presidente del organismo, Aleksander Ceferin quién no cambió de plan y, para sus críticos, generó mayores problemas y traslados, en lugar de crear una sola burbuja que sea más manejable en todos los sentidos.