Aquella expulsión de Neymar contra el Málaga y sus posteriores gestos al cuarto árbitro le costaron tres fechas de suspensión que terminará de cumplir recién contra Osasuna. Por eso, el brasileño ni siquiera viajó a Madrid con el plantel para el Clásico en el Santiago Bernabéu y lo vio en su casa rodeado de familiares y amigos.

Cuando Messi convirtió el 3-2 que definió el partido, la casa de Neymar se transformó en una tribuna y todos empezaron a los gritos. El brasileño explotó con el gol de su amigo Leo y el video del festejo se viralizó en las redes sociales.