El escándalo de la saliente Junta Directiva de Barcelona, con Josep Maria Bartomeu a la cabeza, es la consecuencia de una mala gestión, que además de sus resultados, ahora se investiga si se trató de una gestión delictiva y desleal.

Hace años que el club catalán viene sufriendo dolores de cabeza en su administración, a tal punto que los socios presionaron mediante su voz para que se adelanten las elecciones. A este contexto político, ahora se le suma el "Barca-Gate", que es un presunto caso de corrupción y que tuvo como eje al desprestigio de muchos futbolistas, entre ellos contra el propio Lionel Messi.

Hoy la jueza de Barcelona que investiga el caso ha decidido poner en libertad provisional al ex presidente y a su ex mano derecha, Jaume Masferrer. También lo hizo con Óscar Grau, ex CEO del club, y con Román Gómez-Ponti, ex jefe de los servicios jurídicos.

El punto de la investigación es porque la directiva saliente contrató a una empresa llamada I3 Venture, con la intención de que esta creara estados de opinión en las redes sociales, y al mismo tiempo como un monitoreo para medir expectativas. De alguna forma, una especie de "Focus Group".

El punto conflictivo es que también se encargaron de liderar algunas redes y portales que tenían como misión llevar adelante una campaña para desprestigiar a jugadores del Barcelona, activos del club y hasta a los propios ídolos.

Lo más polémico de todo esto es que la contratación de este servicio fue por € 1 millón, siendo que es un servicio (a excepción de la campaña sucia) puede rondar en alrededor de los € 100 mil. Para colmo, los pagos se hicieron en varios plazos, con el fin de que la Junta Directiva no lo ponga sujeto a evaluación.

Con este panorama, ahora la jueza del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Alejandra Gil, deberá investigar si en el fondo de esta contratación se esconden actos delictivos y de corrupción.