El expresidente del fútbol español Luis Rubiales se mostró "agresivo" tras la final del Mundial femenino y tuvo gestos "inapropiados" también hacia las jugadoras inglesas, señaló la presidenta de la federación de ese país, Debbie Hewitt, según un informe publicado este miércoles por la FIFA.

La instancia que gobierna el fútbol mundial publicó una síntesis de los testimonios recibidos por su comisión de disciplina, que decidió el 30 de octubre suspender a Rubiales durante tres años de toda actividad relacionada con el fútbol.

Rubiales, de 46 años, provocó una polémica internacional el 20 de agosto en Sídney, tras la victoria de España ante Inglaterra en la final del Mundial femenino, al besar en la boca sin consentimiento a la delantera Jenni Hermoso durante la entrega de medallas.

La presión creció hasta que el 10 de septiembre Rubiales presentó su dimisión como presidente de la Federación Española (RFEF).

El dirigente no solo besó a Jenni Hermoso, "a la fuerza en la boca", según la presidenta del fútbol inglés (FA), sino que también tuvo un comportamiento inapropiado con algunas internacionales inglesas.

Según la FIFA, Hewitt declaró que Rubiales "tocó y acarició la cara de la jugadora inglesa Laura Coombs", lo que la presidenta de la FA consideró "un poco extraño".

"Después besó a la fuerza a la jugadora inglesa Lucy Bronze en su cara", añadió.

El exhombre fuerte del fútbol español "abrazó con entusiasmo y besó a la fuerza a otras jugadoras, en sus mejillas, sujetándoles la cabeza y golpeándose de manera inapropiada algunas partes de su cuerpo", explicó Hewitt, en otro testimonio establecido de manera conjunta con la federación neozelandesa.

En su respuesta, Rubiales calificó de "repugnante" que Hewitt le describa como "una especie de tipo sucio" y la acusó de "mentiras flagrantes" y de "hablar con ignorancia".

Sobre Coombs, Rubiales señaló que intentó "reconfortarla" porque se había lesionado en la final, que acabó con una venda en la cabeza y puntos de sutura.

La presidenta de la FA también subrayó el tono "desagradable y agresivo" del español, "descontento" con la plaza que le atribuyó la FIFA antes de la ceremonia de entrega de las medallas.