(Desde la redacción de DOBLE AMARILLA) Nacional y Peñarol quieren instaurar un nuevo torneo uruguayo que tenga autonomía de la AUF y que, además, posibilite generar mayores recursos económicos para los clubes integrantes. Irán a negociar con los interventores de la FIFA para que aprueben el proyecto.

Luego del escándalo de corrupción que se desató en la Asociación Uruguaya de Fútbol, y que en la última votación prosperó la iniciativa de solicitar al TAS la intervención de la FIFA,  los dos clubes más grandes del país vecino se aliaron y empezaron a gestionar un nuevo torneo paralelo para generar mayores recursos económicos.  

Según relata el diario “Ovación” de Uruguay, los presidentes de las instituciones, Jorge Barrera (Peñarol) y José Luis Rodríguez (Nacional), ya mantuvieron charlas formales donde profundizaron la creación del proyecto del nuevo campeonato y, sobre otras ideas para implementar en el fútbol de ese país. Entre esas cosas, se decidió que en los próximos días le consultarán a otros equipos qué opinan de la “Superliga Uruguaya” y, en caso que la respuesta sea positiva, solicitarán la autorización a los interventores de la FIFA para que puedan avanzar en el proyecto y así lograr, como lo hizo la Argentina, un torneo independiente.

En el torneo que quiere organizar Peñarol y Nacional, hay varios puntos que pisan fuerte, como por ejemplo, incluir más equipos del interior del país, entre cinco o seis.  A su vez, la idea es lograr un main sponsor para el campeonato, lo que generaría mayor ingreso para los clubes.  Y por otro lado, sería asociarse con Tenfield o con otra importante empresa televisiva para que lleve adelante las transmisiones y que, dicha sociedad, termine distribuyendo los ingresos de acuerdo al potencial profesional de cada club.

Tanto los dirigentes de Nacional como los de Peñarol saben que lo que están procurando que cuente con la aprobación de los interventores de la FIFA, para ser trasladado luego a la Comisión de Normalización que trabajará en la AUF, no es una iniciativa que la FIFA desconozca o no apruebe.  De hecho, así marcha en distintas partes del mundo, que llegó también a la Argentina hace unos años atrás.

Dicha “Superliga Uruguaya” o el nombre que lleve el torneo, también podría incluir un modelo de administración financiera que colabore para que los clubes que tienen menos recursos no sufran alteraciones económicas o puedan hacer frente a sus deudas. Por ejemplo, podría aplicarse una especie de “fair play europeo” donde se fije topes en las transferencias, en las remuneraciones de los jugadores y tratar de lograr una mayor equidad. Aunque evidentemente habrá una repartición de dinero diferenciada por la trascendencia que tienen Nacional y Peñarol, la torta a repartir sería más equitativa por la propia exigencia que se impondrá para aprobar la inclusión en un sistema de competencia más profesional, lo que podría significar que algunos clubes se vean impedidos de poder sumarse al proyecto de Nacional y Peñarol. 

Según informa “Ovación”, uno de los dirigentes de los clubes grandes de Uruguay, afirmó que en caso que haya mucha resistencia de los clubes más chicos al nuevo torneo y no logren el quorum para llevarla adelante, advirtió: “Vamos a Argentina y les pedimos un ingreso a la Superliga con dos cupos para las copas internacionales. ¿No les servirá tener a Nacional y Peñarol entre sus participantes?”.

Como sigue el proyecto y cómo van a actuar:

1-    Aprobación de todos los dirigentes grandes: La idea manejada por Jorge Barrera (Peñarol) y José Luis Rodríguez (Nacional) ya prosperó en la interna de ambos equipos grandes.

2-    Negociación con los interventores: Nacional y Peñarol irán a negociar con la FIFA para que se apruebe la creación de una Liga Uruguaya. La idea es que forme parte de la AUF, pero tendrá autonomía y su manejo dependerá exclusivamente de los clubes profesionales.

3-    Reducción de equipos en la A y en la B: La nueva Liga aumentará el grado de exigencia para formar parte de la misma y habrá un control económico para terminar con los déficits de los equipos participantes, por ende, la jugarán menos clubes para tener mejor reparto de los ingresos.