(De la Redacción de DOBLE AMARILLA) Durante mucho tiempo, el Comité Olímpico Argentino (COA), estuvo bajo el mando del Teniente Coronel (R) Antonio Rodríguez, quién tomó el control del organismo desde 1977 hasta 2005. Durante todos esos años, se fueron acumulando en el COA un sector de personas que reivindicaron la última Dictadura Cívico-Militar y que defienden la teoría de los "Dos Demonios". A Rodríguez lo puso la junta y, recién en 2005, con la llegada de Julio Ernesto Cassanello el COA cambio a manos de un no-militar. Ojo, Cassanello había sido intendente de Quilmes durante la última dictadura y tenía vínculos con el gobierno de facto. Luego llegó el gobierno de transición de Alicia Morea y desde 2009 el que está al frente es Gerardo Werthein.

De todas maneras, la grieta persiste y quedó más en evidencia que nunca con lo que ocurrió con Diego Gusmán. El Jefe de Misión del COA debió renunciar, empujado por un sumario interno y por el escándalo que se desató mediáticamente con críticas fortísimas de la Secretaria de Deportes de la Nación, Inés Arrondo. Además, su accionar obligó al titular del COA a romper el "fino equilibrio" que sostenía entre dos polos ideológicos que conviven en el seno del organismo. Lógicos desde el hecho que los militares y personas afines a su ideología, gobernaron el COA desde 1977 a 2009. 

Conocedor de la presencia de estas personas, Werthein jamás se vio obligado a tomar partido por ningún bando y, como cabeza del organismo, era un equilibrista. Pero lo sucedido el pasado 24 de marzo lo obligó a inclinarse para un lado: "En el Comité Olímpico Argentino que me toca presidir no hay espacio para quienes reivindiquen como héroes a condenados por la Justicia por crímenes de lesa humanidad. La diversidad de opiniones no incluye la tolerancia para este tipo de expresiones inaceptables", indicó.

Poco después, en las últimas horas, más precisamente, Gusmán se anticipó al resultado del sumario abierto y renunció por escrito a su cargo. Gusmán estuvo al frente de las misiones del COA en Londres 2012 y Río 2016 e iba a estarlo para Tokio 2020, ahora, Tokio 2021. Pero el pasado 24 de marzo envío un video a un grupo de WhatsApp del organismo, dónde tildó de "héroes" a los militares participantes de la última y sangrienta dictadura cívico-militar y hablo de que "en las escuelas se enseña la verdad a medias". Eso generó un quiebre en el grupo, con posturas y mensajes lanzados entre ambos bandos y su posterior cierre.

La secretaria de Deportes de la Nación, Inés Arrondo, manifestó al enterarse su "repudio e indignación" y obligó a Werthein a salir al cruce, cuando pidió a "los miembros del COA que hayan hecho esas valoraciones se retracten, y que el presidente de la entidad, Gerardo Werthein, tome las medidas pertinentes en defensa del propio organismo".

También contribuyó a lo sucedido con Gusmán que Claudio Morresi, secretario de Deportes durante el kirchnerismo y activo militante de los DDHH, hoy Diputado por la Ciudad de Buenos Aires, presentó un proyecto de declaración, acompañado por casi todo el bloque del Frente de Todos en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires y espera por su aprobación, según indica "Página 12".

En el texto firmado por el ex futbolista señala su "más enérgico repudio ante los dichos vertidos entre los consejeros y el staff del Comité Olímpico Argentino el último 24 de marzo… (alude a Gusmán sin mencionarlo)".

El posteo de Gusmán fue apoyado por un grupo minoritario de consejeros que todavía permanecen en el cargo como el también militar, Jorge Monge, secretario de la Federación Argentina de Esgrima (FAE) y representante del paracaidismo en el COA, un ex coronel retirado que combatió en Malvinas.

"La Argentina es vanguardia en la defensa y protección de los Derechos Humanos. No podemos dejar que tan alta institución (el COA) quede expuesta por los dichos de alguno de sus integrantes. Manifestamos así nuestro más enérgico repudio y esperamos que las autoridades del Comité Olímpico Argentino actúen en consecuencia", indicó.