El estado de un campo de juego es lo que más se luce por TV, o incluso en la misma cancha. No hay manera de disimularlo. Y el de Olimpo se ve mucho más amarillo que verde, aún en tiempos de bonanza climática como los que corren por estos días, cuando la parte más cruel del frío no ha llegado.

Igual no se puede ocultar que el clima juega su partido, pero no por eso no se pueden emplear herramientas para contrarrestar factores externos y así lucir un buen campo de juego. Sobre todo, cuando el presidente del club bahiense, Alfredo Dagna, es ingeniero agrónomo, máximo responsable de la firma Daasons (ver http://www.daasons.com.ar/index.php?action=nuestro-staff&main=empresa). Cuentan expertos en la vida social y deportiva de Bahía Blanca, que Dagna comenzó su carrera dirigencial mientras “era el ingeniero encargado de cuidar el campo de juego cuando el presidente era Jorge Ledo”, confirma una fuente siempre informada en Bahía.

El run run bahiense, que de a poco va generando más ruido en el fútbol y menos en el basket, habla de cierto malestar entre los hinchas porque “vive viajando a Buenos Aires y ahora a la Conmebol, y nos estamos yendo a la B”. Esto sin contar que muchos se quejan del estado del campo de juego del Carminatti, cuyo mantenimiento debería ser el punto fuerte de Alfredo Dagna.