A veces, perder un Clásico de local no es lo más grave que puede pasarle a un club. Un resultado deportivo es un tema al que atender, con bronca por la caída y análisis deportivo. Pero a menudo, cuando hay una crisis institucional, los problemas suelen ser mucho mayores.

Huracán pasa por eso. A su lucha por la permanencia (no logra despegarse del fondo y la preocupación crece en su bunker), se le suman condimentos políticos e institucionales de dimensiones. Hace algunas semanas, se confirmó que Huracán va a perder los llamados “Terrenos del Gas” (aledaños al Ducó), por “la inacción de su dirigencia que no cumplió lo acordado”, en cuanto a obras y mejoras. Eso despertó la indignación de los Socios, quienes hicieron una marcha y tal como adelantó Doble Amarilla significan “otro frente que se le abre a Nadur”. El presidente es por lejos el más cuestionado en el mundo huracanense, todo potenciado porque se avecinan elecciones.

Ahora, se abre otro problema más, como si la agenda de inconvenientes no estuviera ya llena. Los jugadores reclamaron ante Futbolistas Argentinos Agremiados por la deuda en sus salarios, que asciende a cuatro meses. Una situación que según indican fuentes consultadas “habría sido advertida a los dirigentes. Incluso, no quisieron reclamar antes del Clásico para no enrarecer el clima. Esperaban que con la recaudación les achiquen la deuda”.
Entonces, ahora Nadur debe solucionar temas internos y externos, con menor o mayor repercusión, mientras su equipo se juega la permanencia, ayudado muchas veces por los resultados de sus competidores, quienes por ahora, le vienen salvando la ropa.